¿POR QUÉ LA VISTA?
Luis Ángel Liu me consulta: “¿Por qué razón en la mayoría de las especies animales se desarrolló el sentido de la vista? No necesariamente como el principal sentido, porque sé que muchas especies incluso lo han perdido, o por ejemplo los perros utilizan más el oído y el olfato, pero lo desarrollaron primero, no sé si me explico.”
Si, don Luis, se explica bien. Y tiene bastante razón: si examinamos todas las especies animales, veremos que la mayor parte de ellas ha desarrollado, en algún momento, algún tipo de sensibilidad a la luz, y en los estadios más evolucionados, incluso ojos. Para el fondo de la cuestión, no importa ni el tipo de ojo ni si el mismo luego se ha degenerado (como le ocurre a los animales que viven en oscuridades perpetuas de cavernas, por ejemplo, que son ciegos). Lo importante es que parece haber un impulso natural hacia la detección de la luz como uno de los sentidos con los cuales los animales se relacionan con su entorno.
¿Por qué, por ejemplo, no somos todos ciegos? Es posible, digamos, que haya alguna otra forma de relacionarnos con el ambiente que pudo desarrollar otro sentido (por ejemplo, los peces tienen órganos especializados en detectar campos magnéticos, sentido del que los humanos carecemos).
Quizá la respuesta esté en que franja de ondas que llamamos luz contiene suficiente energía como para deparar mucha información, de manera casi automática (recordemos que la luz es lo más rápido que existe en el universo). Dicho de otro modo, si vemos un suceso, al menos en nuestra experiencia cotidiana en la superficie de la Tierra, lo vemos prácticamente en el momento en que ocurre, y con sumo detalle. Mucho mayor, por ejemplo, que el olfato o el oído. Es bastante común a todos nosotros el caso del carpintero que se encuentra a varios metros clavando con su martillo, y podemos ver cómo el sonido del golpe llega con retraso con respecto al movimiento que percibimos. De este modo, la especie que fuera capaz de detectar el movimiento gracias a la luz podría escapar de potenciales peligros con mayor rapidez (puesto que los detectaría antes) que si dependiera del oído, o el tacto, o el olfato, por ejemplo. Y como en la evolución quien sobrevive es quien se reproduce, poco a poco se fue favoreciendo el desarrollo de ojos.