CUCARACHAS INMORTALES
Adela Chacón me pregunta: “¿Por qué siempre se dice que si ocurre un holocausto nuclear o se acaba el mundo, las que sobrevivirán serán las cucarachas?”
Las cucarachas se han convertido en el símbolo de supervivencia extrema, pero es interesante elucubrar por qué.
Se puede aducir que se debe a su diseño (estructuralmente, son de los seres mejor equipados para adaptarse a cualquier circunstancia), a que son pequeñas y puede vivir varios días con una simple borona de pan, a que se multiplican con rapidez y por ello rápidamente recuperan las bajas a su población, y que sus costumbres oportunistas les dan acceso, precisamente, a oportunidades que las convierten en magníficas supervivientes.
Sin embargo, todo eso, siendo cierto, no alcanza para explicar cómo es que siempre se cita a las cucas como las seguras ganadoras en la batalla por sobrevivir. Porque, pensándolo bien, no sólo las cucarachas son tan buenas supervivientes. Allí están las ratas, casi todos los insectos, las bacterias, animales oceánicos, o aquellos que habitan lejos de la zona directa de influencia de los humanos. De hecho, incluso en caso de una hecatombe nuclear, es muy probable que muchas personas sobrevivan, aunque sea en un mundo devastado. Así que, ¿por qué las cucarachas?
Yo tengo dos hipótesis.
La primera tiene que ver con la cotidianidad. Vemos cucarachas con tremenda frecuencia toda nuestra vida. Notamos cómo cuando, por ejemplo, se derriba una pared, de pronto surgen miríadas de cucas que han vivido allí, a oscuras, medrando a nuestro lado sin necesitarnos. Nos percatamos de cómo, a pesar de que podamos fumigar con frecuencia y con venenos cada vez más efectivos, no desaparecen. Se pueden morir las hormigas, las termitas, las moscas, hasta que las hagamos desaparecer de nuestra casa, pero sabemos que tarde o temprano veremos aparecer a una o varias cucarachas, tan campantes.
Y lo segundo, me parece a mí, tiene que ver con la comparación. Si hay criatura que nos provoca repelús es la cucaracha, a quienes solemos ver como una de las criaturas más despreciables de la creación (injustamente, por cierto). Así que pensar que ellas heredarán el planeta que nosotros dejaremos algún día… mínimo nos invita a la reflexión. Cosa que no haríamos, por ejemplo, con los gatos, los perros o los mapaches, también buenos supervivientes.