HABLANDO DE DESIERTOS
Ronald Martínez me consulta: “Si el Sahara es el desierto más grande del mundo, ¿cuál es el más pequeño?”
Aunque no es un desierto propiamente dicho, sino un campo de dunas, el hecho de ser provocado por condiciones climáticas propias de los desiertos hace que se diga que el desierto más pequeño del mundo es el llamado Carcross desert, en Yukón, Canada, con sus 2,6 kilómetros cuadrados.
En realidad su clima es húmedo en comparación con un verdadero desierto, pero aún así es mucho más seco que sus alrededores.
Y ya que hablamos de desiertos, veamos algunos con características notables que no son tan conocidos por nosotros:
El desierto de Namib, en Namibia, es el más antiguo del mundo, pues hay suficientes registros geológicos y biológicos que permiten calcular que ha sido un territorio árido durante por lo menos 55 millones de años (en esas fechas, la mayor parte del Sahara era una selva subtropical).
El desierto más salado del mundo es el Salar de Uyuni, en Bolivia. Es el lecho restante de un antiguo lago seco, y es uno de esos lugares a los que vale la pena visitar, a pesar del clima, por su tremenda belleza.
Donde antiguamente estaba uno de los cuatro lagos más grandes del mundo, al mar de Aral (en la frontera entre Kazajistán y Uzbekistán), actualmente hay un lecho seco que ocupa el 90 por ciento de su antigua superficie.
Ese desecamiento no fue natural: fue provocado por la humanidad, cuando los soviéticos en los años 60 desviaron varios de los ríos que lo alimentaban para irrigar proyectos agrícolas (que fueron existosos, pero a costa de negarle al lago y a todo su ecosistema el derecho a sobrevivir). Por ello, actualmente a ese lecho se le llama Aralkum, y es considerado el desierto más joven del mundo.
Como detalle adicional, existen corrientes científicas que expresan que el desecamiento de del Aral pudo haber sido acelerado por los humanos, pero que hay constancia de el mismo ha sufrido desecamientos periódicos a lo largo de siete mil años, así que posiblemente se hubiera desecado de todos modos. En todo caso, en las actuales circunstancias, ya parece imposible recuperarlo.