LA TERMINACIÓN “EL”
Rodrigo Calderón me escribe lo siguiente: “En las Sagradas Escrituras, en especial en el Antiguo Testamento aparecen una cantidad de nombres propios como son Rafael, Gabriel, Miguel, Uriel, Samuel, Zadkiel, que son los 7 Arcángeles. Además aparecen Ismael, Israel, Emmanuel, Daniel, Ozael, Salatiel, Nataniel, Gamaliel, Selumiel, Phegiel, y otros más que no recuerdo sus nombres. Mi pregunta Ronny, es: ¿a qué se debe la terminación “EL“, en cada uno de estos nombres?”
El sufijo hebreo “El” es la abreviatura de “Elohim”, que significa “el Señor”, o en términos concretos, “Dios”.
Entonces, todo nombre derivado del hebreo que termine en “el” es, originalmente, una frase que define una característica de Dios que es representada por la persona o ente que lo tuvo inicialmente.
Veamos algunos de esos significados:
Rafael: Dios sana, Dios ha sanado.
Gabriel: fuerza de Dios.
Daniel: mi juez es Dios.
Miguel: quien es como Dios.
Samuel: aquel cuyo nombre es de Dios.
Zadkiel: justicia de Dios.
Uriel: luz de Dios.
Ismael: Dios escucha.
Israel: el lucha con o por Dios, Príncipe de Dios.
Emanuel: Dios con nosotros.
Ozael (Azael): fuerte de Dios.
Salatiel: he pedido a Dios.
Nataniel: regalo de Dios.
Gamaliel: bendición de Dios, regalo de Dios.
Selumiel: la paz de Dios.
Lemuel: el que pertenece a Dios.