LAS “TRES” CARABELAS
Continuamos hoy evacuando dudas relacionadas con la llegada de la expedición comandada por Cristóbal Colón a nuestro continente.
Quizá la imagen que más se ha fijado en la cultura popular, con respecto a la flota comandada por Cristóbal Colón que partió del puerto de Palos el 3 de agosto de 1492 es la de que estaba comandada por tres carabelas.
Efectivamente, eran tres embarcaciones, pero sólo dos de ellas fueron carabelas: la Niña y la Pinta.
Las carabelas eran embarcaciones relativamente pequeñas (cera de 20 metros de largo o eslora, y unos 6 ó 7 de ancho o manga), según los estándares de nuestra época, pero muy marineras, es decir, maniobrables. Usualmente se distinguían por utilizar velas latinas, es decir triangulares, que les permitían moverse incluso contra el viento, realizando maniobras en zigzag. Como no se esperaba tener que ir contra el viento ni en el viaje de ida ni en el de regreso, a ambas carabelas se les aparejó con velas cuadradas.
De la Niña se sabe que fue construida en los astilleros de la Ribera de Moguer, posiblemente en 1487, por lo que era una embarcación relativamente nueva.
Su verdadero nombre era Santa Clara, pero imperó en la historia el nombre que le daba su tripulación, derivado de su propietario, Juan Niño.
La Pinta era un poco más grande que La Niña. Era un barco nuevo también.
Antes se creía que pertenecía a la familia Pinto, y de allí su nombre, pero posteriormente se descubrió que ese dato no era verdadero. Hoy se supone que su nombre original era “La Pintada”, que por cuestiones de acentuación se convirtió en “la Pintá”.
Fue desde ella que Rodrigo de Triana lanzó su célebre grito de “tierra, tierra”. La Pinta era una carabela nórdica, por lo que sí incluía en su velamen, desde el principio, una cuadrada (la central).
En cuanto a la Santa María, era una carraca o nao, un barco mercante de cerca de 35 metros de largo cuyo nombre original era “La Gallega” (fue el mismo Colón quien le cambió el nombre).
Hasta hace poco se pensaba que su nombre original era Marigalante, pero actualmente se piensa que ese nombre era más bien el de la nao capitana de la segunda expedición de Colón.
Era la menos marinera de las tres, y este hecho (aparte de estar comandada por el mismo Colón, que en realidad era mal marino) incidió en que encallara el 25 de diciembre de 1492.