Año 1899
Las pequeñas tabletas de ácido acetilsalicílico han curado, tal vez, más enfermedades menores que cualquier otra medicina. Hipócrates fue el primero en darse cuenta del poder curativo de esta sustancia. El tratamiento griego era a base de té de corteza de sauce, y era efectivo contra la fiebre y la gota. Mucho tiempo después, el químico Felix Hoffman perfeccionó el remedio experimentando con su padre artrítico, y lo comercializó bajo el nombre de Aspirin.