Cuando venga tu padre...
Inútil amenaza, tú seguirás jugando, y romperás los vidrios, si quiere el pelotazo, y harás mal los deberes, si asciende por tu mente, airoso y desplegado, tu sueño en barrilete.
-Cuando venga tu padre...
Mas tu padre comprende, y escuchará los cargos fingiéndose enojado, hasta que tú te alejes.
-Cuando venga tu padre...
Y quien llega es un niño adormecido en hombre, que en vez de reprenderte, se enternece añorando.
Y sentirá de pronto el terror de perderte, o de que tu lo pierdas, y buscará tus pasos, e irá con tu recuerdo trepando hasta la rama lejana de aquel árbol, follaje, como entonces, refugio de ese miedo de suelo de los pájaros.
Después, dirá en voz baja, que así como ésta tuya, fue traviesa su infancia. Y en tendido descanso, desandará dichoso los ojos entornados, los días de "rabona", los juegos en tejado, el rostro de la madre y aquel padre tan hombre que los dejó temprano.
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