Además de los planetas y los planetas enanos, nuestro Sistema Solar contiene una serie de  cuerpos pequeños, que no son lo suficientemente masivos como para tener una forma esférica, o en caso de que la tengan sus órbitas son en torno a un planeta o planetoide.

Sin dudas, el satélite más notable es nuestra Luna, sobre todo por la relación de tamaño que guarda con su planeta. De hecho, la manera más acertada de visualizar el sistema Tierra-Luna es uno de “planeta doble”. Ningún otro satélite es tan grande en relación con su planeta, al menos en el Sistema Solar, con la posible excepción de Caronte y Plutón, aunque en este caso no hay acuerdo porque Plutón tiene cuatro satélites más.

En este momento, se conocen un total de 183 satélites naturales repartidos entre los planetas y planetas enanos. Sólo cuatro de estos no tienen satélites: Mercurio y Venus (planetas), y los planetas enanos Ceres y Makemake (aunque en el último caso, por estar tan lejano, todavía la cuestión no está del todo zanjada). El planeta con más satélites es Júpiter, con 67; seguido por Saturno, con 62. Les sigue Urano, con 27; Neptuno, con 14, y Plutón con 5. Marte y Haumea tienen dos satélites cada uno, y luego sigue la lista de lo que tienen uno solo: Tierra, Eris, Orcus y Qaoar. Estas cifras, claro está, pueden aumentar conforme aumentemos nuestra capacidad para detectar cuerpos lejanos y pequeños.

Los siguientes cuerpos pequeños notables son los asteroides, que son más grandes que un meteorito (o sea, una roca grande, de unos veinte o treinta metros de largo) y más pequeños que un planetoide. Es bastante conocido el llamado Cinturón de Asteroides ubicado entre las órbitas de Marte y Júpiter, y su título da origen a imágenes equivocadas. En primer lugar, no es cierto que sea una especie de campo minado por pedruscos, donde navegar sería terriblemente peligroso ante su cercanía, que haría difícil no colisionar con alguno, o incluso no mirar cómo colisionan entre ellos. La verdad es que aunque se piensa que debe haber millones de ellos en el cinturón,  el total de la masa contenida en el mismo equivale apenas al 4 por ciento de la de la Luna, y la distancia promedio entre ellos es de varios miles de kilómetros, por lo que sería muy difícil chocar con uno a menos que se haga a propósito. El Cinturón de Asteroides es casi todo puro vacío. Y sus órbitas suelen ser muy estables, de modo que las colisiones entre ellos también son raras.

Existen otros cinturones y grupos asteroidales, algunos de ellos compartiendo la órbita de la Tierra y otros planetas en puntos equidistantes (como si fuera  un triángulo equilátero trazado en el plano de la órbita, con el planeta en un vértice y dos grupos de asteroides en los otros dos vértices), en los llamados puntos de Lagrange. Se les llama Troyanos. También hay asteroides que tienen órbitas que no tienen nada que ver con el Cinturón de Asteroides, algunos que causan alarma a veces por pasar muy cerca de nuestro planeta.

Terminamos mañana con los cometas y otros cuerpos virtuales del Sistema Solar.