En el libro Ilusiones , Richard Bach narra la historia de un grupo de criaturas que habían pasado sus vidas aferradas al fondo de un río resistiéndose a la corriente. Una criatura finalmente declara que confía en que la corriente sabe adónde va y dice: “Me soltaré y dejaré que me lleve adondequiera”.
Si encuentro que resisto las circunstancias en mi vida, aferrándome a mis percibidas redes de seguridad por temor a lo desconocido, determino soltar. Cuando dejo ir y dejo a Dios actuar, permito que el fluir del Espíritu me lleve. Confío en que Dios me llevará adonde necesite ir. Dejo ir cualquier necesidad de controlar las condiciones a mi alrededor. Suelto con facilidad y dejo que el orden divino diseñe mi vida.
Confía en el Señor de todo corazón, y no te apoyes en tu propia prudencia. Reconócelo en todos tus caminos, y él enderezará tus sendas.—Proverbios 3:5-6