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General: LA PALABRA DIARIA MES DE MARZO
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De: Tatisverde (Mensaje original) |
Enviado: 02/03/2020 18:03 |
CONFÍO EN DIOS Y SIENTO ALIVIO.
Un gran sentido de libertad surge de la conciencia de que yo soy un ser espiritual. Si no me siento conectado con mi naturaleza espiritual debido al estrés proveniente de mi profesión, finanzas, salud o relaciones personales, tomo un momento para reflexionar y recordar que Dios es mi fortaleza ante cualquier circunstancia. Libero la ansiedad según entrego mis preocupaciones a Dios.
Al hacerlo, la tensión deja mi cuerpo y mi mente y puedo respirar profunda y sosegadamente. Con cada aliento, mi fe crece. Dios es mi ayuda constante, dondequiera que esté y sin importar el reto. Cuando dejo ir y permito que Dios sea Dios en mí, mi corazón se expande. Con un enfoque nuevo, bendigo al mundo. Disfruto de libertad, una mente creativa y amor.
Dios es nuestro amparo y fortaleza, nuestro pronto auxilio en todos los problemas.—Salmo 46:1
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DOY GRACIAS HOY POR TODAS MIS BENDICIONES.
Un himno inglés dice: “Cuenta tus bendiciones, nómbralas una a una”. Estas palabras me alientan a darme cuenta de que cada día me brinda mucho por lo cual sentir gratitud. La belleza a mi alrededor, dar y recibir cariño, escuchar la risa de un ser querido y ver a un niño jugar me brindan felicidad. Inclusive lo sencillo agrega algo a la abundancia de mis bendiciones.
Reconocer el bien me ayuda a tener presente aquello que tal vez haya pasado por alto, y me prepara para recibir las bendiciones que todavía están por llegar. Equiparo aquello que deseo —lograr metas, vivir experiencias y tener relaciones personales saludables— con las bendiciones que ya experimento, demostrando gratitud por el bien en mi vida. Yo soy luz, paz y amor.
¡Feliz el pueblo que tiene todo esto! ¡Feliz el pueblo cuyo Dios es el Señor!—Salmo 144:15
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SALUDO ESTE DÍA CON GOZO.
Mi intención es elegir el gozo y vivir partiendo de ese gozo. Al tener presente que soy un hijo de Dios, no puedo menos que sentirlo. Recuerdo, y también canto, una canción que me haga sonreír. Tomo tiempo para observar la alegría de los niños, y su actitud feliz me inspira a disfrutar más de la vida.
Tal vez disfrute de una actividad que suscite mi gozo —que me haga reír y sentirme alegre. Le doy la bienvenida a todo aquello que avive mi gozo y me invite a expresarlo. Ofrezco armonía a mis relaciones personales actuales y hago nuevas amistades, sabiendo que mi actitud jovial es una influencia positiva para aquellos con quienes interactúe hoy.
Tengo presente que mientras más gozo comparta, más alegría disfrutaré en mi vida.
Cuando me vi abrumado por la angustia, tú me brindaste consuelo y alegría.—Salmo 94:19
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YO SOY UN EMBAJADOR DE LA PAZ.
Cuando pienso en la inmensidad de la tierra y la diversidad de quienes la habitan, me maravillo. Qué bendición es poder vivir en este bello planeta y explorar países, culturas y tradiciones.
Yo soy un ciudadano del mundo, con el privilegio y la responsabilidad de tratar al planeta y a sus habitantes con respeto. Aliento la paz, comenzando en mi comunidad y expandiéndola hasta incluir a mi ciudad, mi país, mi continente y el mundo entero. Cada persona puede hacer la diferencia.
Al mantener pensamientos apacibles y actuar afablemente, soy un ejemplo de honradez e inclusión. Mis acciones benefician a cada persona con quien tengo contacto. Respeto a todas las culturas y promuevo la paz y la comprensión.
¡Que se alegren los cielos y se regocije la tierra! Digan entre las naciones: “¡El Señor es rey!′—1 Crónicas 16:31
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AL ORAR, AFIRMO Y ACEPTO MI BIEN.
Orar es una actividad sagrada, una manera de sentirnos conectados con Dios y con todos y todo en el universo. La oración me eleva a una nueva conciencia de mi identidad divina. El tiempo que paso en oración afirmativa me sostiene cuando enfrento un desafío en mi vida o cuando siento preocupación por un ser querido.
Si no me siento bien, avivo la vida en mí según oro. Si dudo acerca de mi próximo paso, acudo a mi luz interna y permito que la sabiduría divina inspire mis palabras y acciones. Recuerdo que soy amor y expreso amor a otros.
Mi día se torna más brillante cuando establezco la intención de ser luz. Con cada oración doy gracias, sabiendo que el bien que deseo ya está disponible, solo espera que yo lo acepte.
Si ustedes creen, todo lo que pidan en oración lo recibirán.—Mateo 21:22
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SOSIEGO MI CUERPO, MENTE Y CORAZÓN.
Pareciera que soy bombardeado con mensajes, llamadas y noticias que compiten por mi atención. Entonces, ¿qué puedo hacer para sosegarme. Sé que he de atender mis responsabilidades, mas también necesito hacer aquello que fomente y apoye mi salud. Deseo cerrar los ojos sin visualizar una lista de cosas por hacer.
Determino tomar tiempo para restablecerme, aunque sean solo unos minutos. Descanso mi cuerpo en una silla cómoda. Conforto mi corazón recordando el amor y el gozo que disfruto en mi vida. Acallo mi mente alineando mi ser con el Espíritu divino en oración y meditación.
Una vez que siento calma, continúo con las actividades de mi día —con energía, gratitud y propósito. Recuerdo que siempre hay suficiente tiempo para hacer lo que es importante para mí.
Que la misericordia, la paz y el amor abunden en ustedes.—Judas 1:2
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YO SOY BENDECIDO CON LA FORTALEZA PARA SER Y HACER LO MEJOR.
Existen varios tipos de fortaleza: la física que hace que mi cuerpo pueda realizar una tarea en particular, la mental que me apoya según cumplo con una responsabilidad o desarrollo una nueva destreza, la emocional que me ayuda a superar un desafío y tener el valor para seguir adelante.
Cada una de ellas es optimizada cuando les añado mi fortaleza espiritual y confío en que Dios me respalda con Su guía, confianza y consuelo. Al mantenerme consciente de Dios durante mis experiencias, soy infundido con mayor energía física, mantengo una agudeza mental cabal y mi corazón se torna más afable y sosegado. Sé que con Dios tengo la fortaleza que necesito, tanto interna como externamente, para lograr un objetivo o superar cualquier desafío que se presente.
Mi Señor, mi fortaleza, ¡yo te amo!—Salmo 18:1
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YO SOY LIBRE PARA ELEGIR MI SENDERO, HOY Y TODOS LOS DÍAS.
Soy libre para elegir hacia donde y cómo dirijo mi atención. Tal vez me encuentre atrapado en el pasado, apegado a recuerdos y resentimientos o trate de apresurarme hacia el futuro imaginando lo que puede o no suceder. Hoy tomo la decisión de estar presente en el momento. La elección acerca de dónde pongo mi atención es siempre mía.
Yo he sido bendecido con la libertad y la responsabilidad del libre albedrío. Puede que yo haya elegido ser testarudo, rehusando dejar ir emociones negativas, relaciones personales difíciles o equivocaciones y juicios que no promueven mi mayor bien. Hoy tomo la decisión de ser libre, de perdonar, tanto a los demás como a mí mismo, por errores pasados, ¡y soy libre!
Ya no se acuerden de las cosas pasadas; no hagan memoria de las cosas antiguas. Fíjense en que yo hago algo nuevo.—Isaías 43:18-19
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De: Graci |
Enviado: 20/03/2020 02:21 |
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EL AMOR PERDONADOR DE DIOS OBRA POR MEDIO DE MÍ PARA BENDECIR A LOS DEMÁS.
Cuando alguien me lastima o hiere a mis seres queridos, puedo justificar sentirme resentido. Puedo hasta justificar mi indignación. Sin embargo, en lo profundo de mi ser reconozco la Verdad: solo el perdón puede brindarme la sanación que necesito.
No es parte de mi naturaleza mantener pensamientos de rencor. Si me apego al resentimiento, a la única persona que lastimo es a mí.
Hoy decido soltar cualquier sentido de culpa. Libero la animosidad y los pensamientos negativos. Perdonar levanta una carga pesada de mi alma y mi corazón. Me siento libre, animado y renovado. Yo soy capaz de sentir el amor de Dios completamente en mi mente y mi cuerpo según respiro profundamente. Experimento olas de paz fluyendo en mí.
No juzguen, y no serán juzgados. No condenen, y no serán condenados. Perdonen, y serán perdonados.—Lucas 6:37
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LA PROSPERIDAD Y LA ABUNDANCIA ME RODEAN.
Vivo en un universo infinitamente abundante. Solo necesito observar a la naturaleza para ver la generosidad de Dios a mi alrededor. Flores y plantas que florecen, un sol que brilla, aguas fluyendo son indicaciones de la abundancia divina por doquier. Sin embargo yo sé que existe aún más abundancia de la que soy capaz de asimilar con mis sentidos.
Al acudir a mi interior, encuentro incluso más abundancia, y me doy cuenta de las infinitas posibilidades para mi vida. Mi potencial es ilimitado, y esta verdad me da poder para ir en pos de las grandes cosas que deseo lograr. Encuentro muchas maneras para crecer, aprender, servir y ayudar. Y, con entusiasmo y alegría, abro mi mente y mi corazón a ellas.
Quedan completamente satisfechos con la abundante comida de tu casa; tú les das a beber de un río delicioso.—Salmo 36:8
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