¡¡¡LLÁMAME...YO SOY...!!!
Cuando en las horas de intenso disgusto, el desaliento te invade el alma y las lágrimas te afloran en los ojos, búscame: Yo Soy Aquel que sabe sofocar el llanto y detener las lágrimas. Cuando te juzgas incomprendido de los que te rodean y veas que a tu alrededor hay indiferencia, acércate a Mí: Yo Soy la luz sobre cuyos rayos se aclaran la pureza de tus intenciones y la nobleza de tus sentimientos. Cuando se extingue el ánimo para arrastrarte en las vicisitudes de la vida y te hallares en la inminencia de desfallecer, llámame: Yo Soy la fuerza capaz de remover las piedras de los caminos y sobreponerte a las adversidades del mundo. Cuando te azote la pobreza y ya no supieras dónde reclinar la cabeza, corre junto a Mí: Yo Soy el refugio en cuyo seno encontrarás amparo para tu cuerpo y tranquilidad para tu espíritu. Cuando te falte la calma, en los momentos de mayor aflicción y te consideres incapaz de conservar la serenidad de espíritu, invócame: Yo Soy la paciencia que te hace vencer los trances más dolorosos y triunfar en las situaciones más difíciles. Cuando la tristeza y la melancolía te inunden el corazón y todo te cause aborrecimiento, llámame:
Yo Soy la alegría que te sopla un aliento nuevo y te hace conocer los encantos de tu mundo interior. Cuando uno a uno te fenecen los ideales más bellos y te sientes en al auge del desespero, apela a Mí: Yo Soy la esperanza que robustece la fe y te calienta los sueños. Cuando la impiedad te rechaza al revelarte las faltas y experimentas la dureza del corazón humano, procúrame: Yo Soy el perdón que te levanta el ánimo y promueve la rehabilitación de tu espíritu. Cuando ya no pruebas la sublimidad de una afección tierna y sincera y te desilusionas del sentimiento de tus semejantes, aproxímate a Mí: Yo Soy la renuncia que te enseña a olvidar las ingratitudes de los hombres y la incomprensión del mundo. Cuando ya perdiste tus fuerzas y no te recordaras de Mí, estás aún a tiempo, búscame, siempre estoy cercano a los que de corazón me buscan. Por último y cuando por fin quisieras saber quién Soy, pregunta al río que murmura y al pájaro que canta, a la flor que desabrocha y a la estrella que brilla al joven que espera y al viejo que recuerda. Llámame Amor: el remedio para todos los males que te atormentan el espíritu:
¡YO SOY JESÚS!
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