El Otoño, muchachos
Ha llegado sin sentirlo siquiera,
lluvioso, melancólico, callado.
El familiar bullicio de la acera
tan alegre en las noches de verano
se va apagando a la oración.
La gente abandona las puertas más
temprano.
Las abandona silenciosamente...
Tardecita de otoño, el ciego entona
menos frecuente el aire que en la esquina
gemía el organillo....
¡Qué tristona anda desde hace días
la vecina!
¿La tendrá así algún desengaño?
Otoño melancólico y lluvioso,
¿ qué dejarás, otoño, en casa este año?
¿ qué hoja te llevarás?
Tan silencioso llegas que nos das miedo.
Si, anochece y te sentimos, en la paz
casera entrar sin un rumor....
¡Cómo envejece nuestra tía soltera!
Evaristo Carriego