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General: LA PALABRA DIARIA MES DE JUNIO ❤️❤️
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De: Tatisverde (Mensaje original) |
Enviado: 10/06/2023 04:17 |
Resplandezco con gozo y satisfacción.
Gozo
Hay gozo en la actividad y en la quietud, en el compartir con otros y en estar a solas, y en los momentos de calma y de aventura. El gozo no depende de algo externo; el gozo proviene de nuestro ser interior.
Sin importar las tareas que tengo ante mí, con quien estoy o donde esté, el gozo está en mi alma. Sale de las profundidades de mi ser, de la presencia del Cristo morador. Éste gozo es de paz, de amor y de cumplimiento.
Como una cualidad interna que es parte de mi naturaleza, el gozo espera ser expresado por mí en toda situación y en todo momento. Lo único que requiere es mi participación. De modo que pongo en marcha mi gozo interno al amar y vivir con expectativa, maravilla y aprecio. Resplandezco con gozo y satisfacción.
“Este es día consagrado a nuestro Señor. No os entristezcáis, porque el gozo de Jehová es vuestra fuerza.”—Nehemías 8:10
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Con una actitud de gratitud, atraigo el bien hacia mí.
Mi inversión
¿En qué estoy invirtiendo mi tiempo, mis sentimientos, mi fortaleza y mi alma hoy día? Comparto los recursos internos del Espíritu en todo lo que pienso, digo y hago.
El expresar mi divinidad interna mejora mi vida en toda forma. Alejándome del mundo y acercándome a Dios, soy rico en ideas divinas para lograr el éxito financiero y para disfrutar de bien mental y corporal.
Sorprendentemente, al no esperar retribución, recibo con más abundancia. Mi actitud de gratitud es un imán que atrae el bien hacia mí. Cada acto de dación me hace estar más consciente de que tengo más para dar. Puedo contribuir a mi bienestar y al bienestar de otros con todo tipo de medios y recursos y de un modo ilimitado.
“Dad y se os dará; medida buena, apretada, remecida y rebosando darán en vuestro regazo, porque con la misma medida con que medís, os volverán a medir.”—Lucas 6:38
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Soy un líder y guío con mi ejemplo.
Con mi ejemplo
Tal vez no estemos conscientes de que los niños nos ven como ejemplos cuando aprenden a amar, cuidar y confiar. Nuestros actos de bondad hacia los niños son regalos de nuestro corazón. Orar con los niños demuestra nuestra fe y una expectativa de bien.
Frecuentemente, son los niños que nos rodean quienes nos guían con su ejemplo. Ellos saben sin lugar a dudas que Dios responde toda oración.
Los niños ven majestuosidad aun en los detalles más sencillos del mundo: la variedad de los aromas y las flores, los colores del arco iris y el esplendor del amanecer.
Como adultos guiamos con nuestro ejemplo. Tomemos tiempo también para dejar que los niños sean nuestros maestros y guías.
“Acordaos de vuestros pastores, que os hablaron la palabra de Dios; considerad cuál haya sido el resultado de su conducta e imitad su fe.”—Hebreos 13:7
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¡Perdono y siento gozo, ahora!
Perdonar
Si alguien lastima mis sentimientos, el perdón tal vez no sea mi primer pensamiento. Sin embargo, al aferrarme más tiempo a los sentimientos negativos, más me castigo.
Las evidencias indican que el guardar rencor, resentimientos o pensamientos de venganza frecuentemente lleva a problemas de salud. Así que perdono las ofensas pasadas y disfruto de una vida más saludable ahora.
Mis emociones mejoran cuando perdono. Dispuesto a perdonar a otros, también me perdono. Cuando supero plenamente los pesares pasados, disfruto de la vida inmediatamente. Mi carga es mucho más ligera. Ésta es una experiencia sagrada, como dice un proverbio: “Donde existe el perdón, existe Dios”.
¡Perdono y siento gozo, ahora!
“Perdónanos nuestras deudas, como también nosotros perdonamos a nuestros deudores.”—Mateo 6:12
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Sigo adelante para vivir con libertad, salud y prosperidad.
Dejar ir
No llegaré lejos conduciendo un automóvil con el freno de emergencia puesto. Tampoco alcanzaré mis objetivos o sueños si no suelto aquello que me detiene. De manera que elijo continuar con mis objetivos y sueños liberando cualquier idea de pobreza o carencia que pudiera frenar o entorpecer mis pensamientos, palabras y acciones.
Si mi deseo es mejorar la salud, dejo ir cualquier duda en cuanto a poder ser completamente saludable. La plenitud es mi derecho divino.
En lugar de esforzarme por resultados específicos, permito que Dios transforme mi comprensión, y sigo adelante para vivir con libertad, salud y prosperidad. Al dejar ir y hacer espacio para mi bien supremo, puedo totalmente valorar y sentir la vida.
“Y dirá: ‘¡Allanad, allanad; barred el camino, quitad los tropiezos del camino de mi pueblo!'”—Isaías 57:14
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