Te dices poeta y te creo,
esos tus versos nacidos
sabe Dios de donde.
vivencias,
te leí y me alcanzas.
Me gusta coincidir,
ese dulce carácter tuyo
la sonrisa imaginada,
Te gusta que no me aburre,
si me cuentas lo vivido.
Sé que te gusta la poesía,
las historias sobre historias
las flores, la musica y el azul.
Yo, sé de ti.
Me gustan las mandarinas,
andar descalza por ahí,
caer y levantarme,
mirarme y sonreír,
sé de batallas y manías,
de abundancias y carencias,
de verdades y ambrosías
sé de ternuras y caricias,
de besos que no imaginas,
de sueños congelados y
renuncias casi, casi impuestas.
Sé de arrebatos, soy mujer,
de mañanas de abril donde
habitan sueños y días de
navidad donde la felicidad
tiene color.
Sé que el amor te duele,
cuando no es compartido
y entre paredes agrietadas
se filtra la ilusión.
Me gusta el campo y el sol,
la tierra, la lluvia y la tempestad,
me gusta ser natural y la vida,
desairando el oropel,
me gustan los niños y
cuentos para contar,
las historias no sucedidas
que nunca se dejan de esperar,
me gustan los libros,
los chocolates y
las historias por vivir.
Las cartas sin destino
y las historias de nadie.
Me gusta ser yo,
el café sin horarios
danzar bajo la lluvia,
que jamás moja mis sueños,
ser un desastre en cada
noche de luna y
arrullar desvelos.
Muchos me llaman silencio,
Otros dicha y algarabía.
Caminar el páramo azul
donde nacen las palabras
y las almas milenarias
renacen siempre entre
el humus de la tierra
y la querencia del alma.