Tu mirada no habla de sueños ni de fe, pero tu cuerpo, mi amor, es un himno de placer.
Tus pasos, un eco que despierta el deseo, un incendio que arde en la piel y el cabello.
No buscas verdades ni abrazas el dolor, eres llama que consume, pasión sin temor.
En la noche desnuda, bajo el cielo sin ley, eres furia y calma, una diosa sin rey.
No entregas promesas, solo piel enardecida,
un volcán en erupción, al borde de la vida.
Eres el susurro que el viento reclama, la hoguera que arde, pero nunca se apaga.
Bella sin alma, vacía de fe,
pero en tu fuego encuentro lo que no sé.
No hay palabras dulces ni eterno destino,solo el crisol de tu cuerpo divino.
Eres la herejía que quiero abrazar.
No me importa que tengas otro
hombre al final es a ti a quien
La vida s vive una sola vez y contigo quiero Gozar.