Mujer, no reprimas tu pasión,
déjala volar como viento ardiente,
que en tus labios se encienda el sol
y en tu piel la luna despierte.
No es bueno para tu mente
guardar silencios que duelen,
ni encerrar en jaulas de miedo
los deseos que en tus ojos llueven.
Eres fuego, eres río,
un torrente de amor sin cadenas,
que en su cauce forja el destino
con caricias suaves o fieras.
¿Por qué apagar lo que brilla?
¿Por qué esconder lo que sientes?
Si tu alma es un faro encendido,
si tu cuerpo es un templo viviente.
Disfrútalo, sin temor ni culpa,
sin excusas ni sombras de ayer,
que la vida es un baile efímero
y el tiempo no sabe volver.
Deja que tu risa estalle
como ola que besa la orilla,
que tus pasos sean libres,
que tu amor no se arrodilla.
Mujer, eres tierra, eres cielo,
eres brisa, eres tempestad,
en tu pecho arde la vida,
en tu vientre nace la paz.
Así que ama sin medidas,
vive sin miedo ni duda,
pues quien se niega a la vida
es quien más pronto se hunde.
Cesar Pinto Muñoz