La amistad lo mismo que el amor, es totalmente incondicional, es la entrega del ser basada en la confianza, sin esperar nada a cambio, sencillamente nos identificamos con determinadas personas con las que hay comunión de almas, y la amistad surge espontánea sin preguntar más, sin dudas y sin recelos.
No condiciona ciertamente, pero como duele cuándo un amigo/a te falla, cuándo traiciona la confianza que le has brindado y pisotea tus más nobles sentimientos. Curiosamente aunque la amistad se rompa por esas cuestiones, no se extingue el cariño, ese sigue vigente aunque lacerando tu corazón, queda dolor, pero no resentimiento, rencor ni mucho menos odio...no se puede odiar a quien a pesar de todo, se quiere, aunque por razones obvias, se tiene que hacer a un lado de nuestra vida.
Afortunadamente la humanidad no está cortada por la misma tijera, por lo tanto, no es una ley inexorable el que te fallen. Siempre hay lugar en el corazón para una nueva amistad, y se entrega ésta igual, con la confianza por delante.
Gracias Kari, me encanta ver tu entusiasmo y ese espiritu cooperativo que tienes...¡felicidades!
Flaquita