Hace años, leìa yo las cartas (baraja española y egipcia) por pasar el rato.
Pertenecìa a un grupo esotèrico que nos reunìamos periòdicamente.
Una noche nos reunimos en casa de una amiga que manejaba la ouija. Ella junto con Alberto, un amigo maestro de control mental, dirigìan esa noche la sesiòn.
Empezamos por lecturas de cartas y de cafè, prosiguiendo con la ouija.
Alberto invocò al ànima que lo "seguìa" (segùn èl una mujer lo seguìa dìa y noche), la famosa mujer no se presentò en la tabla y optamos por hacer una sesiòn espiritista dirigida por Alberto que era supuestamente experto en eso. Aclaro: yo jamàs habìa estado en una sesiòn similar, por lo que no quise sentarme en la mesa redonda, me diò miedo.
Yo tenìa dos amigas de otra ciudad que me visitaban y eran completamente ajenas a estas pràcticas, pero fueron conmigo a la reuniòn. Una de ellas (Linda es su nombre) se sentò muy divertida en la mesa, y empezò la sesiòn.
Alberto invocaba al alma de su "seguidora", y decìa: " No vayas con ella, ven conmigo, conmigo no puedes porque soy màs fuerte que tu, dèja a esa mujer, ven conmigo".
De pronto Linda soltò un grito terrible y se desmayò, la cadena se rompìò, y todos estaban muy mal, habìa otra chica desmayada tambièn, algunos vomitaban, otros lloraban. Cuando Linda volviò en sì, nos dijo que una mujer la tocò del hombro y le dijo; "ya estoy aquì". Eran las doce de la noche con un minuto exactamente.
Optamos por salir a cenar fuera para relajarnos y olvidar lo vivido. Llegamos mis amigas y yo a la casa a las 2.30 de la mañana. Ellas viajarìan a su lugar de origen a las 5 a.m, por lo que decidimos no dormir. Ana Marìa (una de mis amigas) me pidiò que le leyera las cartas, y lo hice en la mesa de centro de la sala. Una vez que terminè de leerlas las dejè "tendidas", y nos sentamos a charlar. De pronto Linda diò un grito y corriò a tirarse al suelo a mis pies, abrazandome de las rodillas, totalmente histèrica. Gritaba fuera de sì, llorando, y decìa que una mujer iba hacia mì, con los brazos extendidos. La mujer saliò de atràs del sofà, y "caminaba" en el aire. El reloj retrocediò sus manecillas marcando las 12. 01 (hora en que se habìa invocado en la sesiòn espiritista). En ese momento le llamè a Alberto por telèfono quien se apresurò a ir a la casa, preguntò a Linda como era la mujer y Linda la describiò. Era segùn Alberto, por la descripciòn que le diera Linda, una novia que tuvo y hacìa 15 dìas, la chica le avisò que vendrìa a verlo pero no llegò.
Una semana màs tarde, estando Linda en su casa, parada frente al closet pàra elegir que ropa usar, le cerraron violentamente la puerta del closet, lastimàndole el dedo pulgar, (la puerta era corrediza, por lo que descartamos se hubiera cerrado por alguna ràfaga de aire) Al oprimirse el dedo para calmar el dolor, Linda siente algo frìo en la mano...¡era un anillo!!. De inmediato viajò para verme, hablamos con Alberto y resulta que el anillo, èl se lo habìa dado a su ex novia. Dentro del anillo, estaban grabadas las iniciales de èl y de ella.
Les aseguro que despuès de esa experiencia, me retirè del grupo y no volvì a la lectura de cartas ni de chiste.
Flaquita