Pero lo cierto es que a los 60 o a los 80 años también se puede aprender, seguramente un poquito más lento, pero no se crea que demasiado. La cuestión aquí es encontrar algo que nos motive, que nos sea útil o nos entretenga. Buscar temas simples y respetar los tiempos de aprendizaje. Piano piano si va lontano y cuanto más se aprende y más se utilizan las diversas funciones mentales, más se las conserva.
Intentando explicar de qué modo el aprendizaje se relaciona con el buen funcionamiento de la mente, hagamos una comparación.
Supongamos que tenemos 1.000 circuitos: si los ponemos en funcionamiento y dejan de funcionar 10, no trae mayores consecuencias (tenemos funcionando 990).Ahora, si sólo utilizamos 100 circuitos y encima de esos 100 funcionan mal 10, seguramente sí traiga consecuencias negativas, ya que 90 ya son muy pocos.
Una situación similar ocurre a nivel mental. El objetivo es trabajar con los 900 "circuitos" restantes que muchas veces entran en desuso por cuestiones culturales, sociales, familiares, etc., más que por efecto de la edad. Lo importante es saber que se pueden reactivar estos "circuitos en desuso" y que además, es posible crear "circuitos nuevos" (como cuando se aprende algo nuevo).
¿ES NORMAL LA PÉRDIDA DE MEMORIA, CON LA EDAD?
No, no forma parte del proceso de envejecimiento. Sí resulta común cierto entorpecimiento, pero relacionado con la falta de uso de esas capacidades.
Al igual que con un músculo que se debilita y se lo puede tonificar con un re-entrenamiento, la memoria puede ser ejercitada.
Es frecuente que los "circuitos" se tornen más lentos, que sea más difícil buscar una información o acordarse de nombres. Pero la pérdida de memoria no es normal, sugiere que algo está pasando y es preciso investigarlo.
Dilucidar si se trata de una condición clínica que lleva a la pérdida de memoria, entre otros el uso de ansiolíticos o también llamados tranquilizantes o de una enfermedad propia de la memoria donde detectarlo de manera precoz permitirá un tratamiento que detiene la progresión de la misma.
UNA GOLONDRINA NO HACE EL VERANO.
La pérdida de memoria es muy temida por la mayor parte de las personas. Muchas veces en la consulta surge el miedo de perder la memoria y esto hace que las personas se concentren en las ocasiones en que no se acuerdan de algo y no en todas las otras veces que sí se acuerdan. El miedo hace magnificar la situación, que muchas veces es simplemente un olvido ocasional. Hay que tener en cuenta que, sobre todo por encima de los 60 años, pueden alterar la memoria, entre otras cosas, los siguientes factores:
La función de la "memoria" no está aislada de las condiciones de vida de una persona. Si ésta está motivada o interesada en vínculos afectivos o ciertas actividades placenteras, esto contribuye a recordar más y mejor. Y si por el contrario, se siente deprimida o sola, probablemente su estado anímico influenciará su memoria de manera negativa. En esto, la relación con la familia, el intercambio con el entorno y la pertenencia a grupos, son fundamentales.
La automedicación con tranquilizantes es de tan amplio uso que se supone que son inocuos. Sin embargo, en determinadas ocasiones pueden producir olvidos que incluso pueden llegar a preocupar a la persona que los toma o a la familia, pero estos olvidos pueden revertirse suspendiendo la medicación.
PARA ESTIMULAR LA MEMORIA:
Leer un texto, luego sintetizarlo y, al otro día, escribir lo que se recuerda (esto sirve, además, para auto-evaluarse y ver los progresos)
Jugar a las cartas u otros juegos de mesa
Contar una película
Resolver juegos de ingenio, crucigramas, etc.
Aprender algo nuevo
Armar rompecabezas
Observar fijamente un cuadro, memorizar los detalles, cerrar los ojos y evocar los distintos elementos que lo forman
,Ampliar intereses y hobbies,
Mantenerse socialmente activo,
Realizar alguna actividad física
Acoplar las tareas a sus intereses: si le gusta la música, intentar retener letras de canciones, con la poesía, lo mismo, con la geografía, capitales de países.
En general, es conveniente que a la consulta por este tema concurran también los familiares o convivientes. Invítelos aunque no quiera preocuparlos y el tema le parezca menor. Hay muchas situaciones posibles y su médico es quien le dirá de qué se trata en su caso en particular.
Esta nota fue realizada en base a una entrevista al Dr. Miguel Sassano, del Programa de Medicina Geriátrica, Servicio de Clínica Médica del Hospital Italiano de Buenos Aires.
Con amor...
Flaquita