Posesión
Me pareció tan corto para quererte aquel amanecer que se desnudaba, por un fugaz instante temí perderte, y di gracias al verte: aún estabas...
Tendida entre las sábanas frágilmente cual inocente niña que dormitaba habiendo jugueteado incansablemente hasta hace pocas horas de madrugada.
Te acurrucaste toda sobre mi pecho e incrédulas mis manos te recorrían como si no bastasen lo dicho y hecho sobre aquel tibio lecho... ¡Te poseía!
Beto Aveiga · Ecuador
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