Toda Iguala está de fiesta, canta alegre el campanario; mientras en los tamarindos suspenso está el sol de mayo, con voz serena a Zapata esto le dice Salgado: -- Señor general Zapata: esta tropa que aquí mira, nunca al peligro le teme, el nombre de usted la anima; y en los combates, cada hombre, por cuatro se multiplica
La tropa y mis generales su nombre y valor admiran, y por seguir su palabra de sus hogares se olvidan; hoy vienen a saludarlo, por conocerlo deliran
Aunque soy chaparrito, me llamo Ciriaco Gómez, pero el pueblo me ha cambiado el nombre de mis mayores, y hoy todo mundo me llama el general Pantalones. Traigo en mi apodo la fama como el Tejón Solitario, no le temo a la Huesuda aunque me enseñe el rosario, ni a las velas encendidas ni al rezo del novenario
Ya conocen mi bandera muy sencillo es mi programa; el campesino reclama; desde un principio esta ha sido, compañeros, mi proclama. Ayudamos a Madero a derrocar al tirano, ya estando en el candelero no quiso darnos la mano, hasta que El Chacal su cuero puso en venta muy ufano
Y después del Cuartelazo llega a la silla Carranza, le tiende el pueblo su brazo, en él pone su confianza; aunque sea muy poco al paso la Revolución avanza. Más que Zapata, señores, será la Revolución la que premie sus valores y les dé su galardón, por ella pido que un brindis hagamos esta ocasión.
Que estos tamarindos guarden en su follaje mi voz, que sean fieles testigos, lo mismo que el padre sol, de todo lo que se ha dicho bajo su dulce frescor. ¡Viva Iguala, compañeros, cuna de nuestra Bandera; si los viejos insurgentes murieron ayer por ella, nosotros daremos hoy nuestra vida por la tierra
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