QUÉ DEBEMOS CUSTODIAR
Mi labor habrá concluido si consigo convencer a la humanidad de que cada hombre o cada mujer, sea cual fuere su potencialidad física, es el guardián de su dignidad y de su libertad. Este amparo es posible, aun cuando el mundo entero se vuelva contra el único que sea capaz de resistir.
Si continúa la demencial carrera armamentista, desatará una matanza jamás vista antes en la historia. Si alguien resulta triunfante, esa victoria vana será como una muerte en vida para la nación que se alce como victoriosa.
La vida es una aspiración. Su misión es esforzarse por la perfección, que es la autorrealización. El ideal no debe ser rebajado por nuestra debilidad o nuestra imperfección. Tengo dolorosa consciencia de que ambas se encuentran en mí. Diariamente, mi grito silencioso le pide a la verdad que me ayude a erradicar de mí tal debilidad y tales imperfecciones.
El rumbo más seguro es creer en el gobierno moral del mundo y, en consecuencia, en la supremacía de la ley moral, la ley de la verdad y del amor.
Inicia tu día con una plegaria y hazla tan conmovedora como para que perdure en ti hasta el atardecer. Concluye el día con una plegaria, para disfrutar de una noche pacífica libre de sueños y de pesadillas. Que la forma de la plegaria no te preocupe. Deja que se manifieste como sea: tal es el modo en que nos pone en contacto con lo divino. Cabe apenas una precaución: cualquiera que sea su forma, no permitas que el espíritu se disperse mientras las palabras de la plegaria emanan de tu boca.
- Gandhi -
Ketty
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