Muchos de ustedes han escuchado el término “Alma”. Por aquí y por allá seguramente habrán oído o incluso ustedes mismos habrán hablado acerca de ella. Pero, ¿acaso se han preguntado qué es el alma? El alma es la energía otorgada a cada uno de ustedes que contiene sus características, La Verdad en cada uno de ustedes.
Cada uno de ustedes posee La Chispa Divina en sus cuerpos. La Esencia de Dios mismo.
De manera que no deben confundir El alma con el ego, cosa que sucede muy comúnmente.
Para que quede más claro la diferenciación entre uno y otro es que menciono los aspectos del alma: Esta se manifiesta con todos los valores positivos, son los valores de La Esencia en ustedes. Bondad, Caridad, Paz, Perdón, Sabiduría, Generosidad, Paciencia, Altruismo, Compasión, Honestidad, Lealtad, Integridad, Humildad, Misericordia, etc. Todos estos valores pueden resumirse en uno de Los Aspectos de Dios: El Amor.
Ahora, por ende, debo explicar brevemente para que puedan discernir la diferencia... ¿Qué es el ego? El ego es la energía psíquica negativa. Todo estado psicológico inferior. Se manifiesta de muchas maneras: Costumbres negativas, a través de los vicios, los falsos valores (los opuestos a los citados arriba), a través de las palabras. Un aspecto importantísimo del ego es que es multifacético. El ego suele disfrazarse de Las Virtudes. Es “el lobo disfrazado de oveja”. Esto lo hace difícil de reconocer y por ende de controlar (en lo óptimo, de erradicar). Sin embargo sí existe forma de reconocerle.
Por ejemplo, alguna persona en algún momento le pide un favor a alguien. Este accede y se siente feliz por su obra buena del día y piensa: “ahhh, qué caritativo soy, además hoy por ti, mañana por mi”. Ahora mediten un minuto al respecto de este ejemplo. ¿Quién se ha manifestado en el mismo? ¿El Alma o fue acaso el ego? Para sacarles de dudas sólo aclararé que El Alma da y no le importa ser retribuido. Actúa y se manifiesta con Amor y en Amor Perfecto. El ego en cambio NO ES CAPAZ DE HACER NADA A CAMBIO DE NADA.
Tengan siempre esto en cuenta. Si es que ahora mismo se preguntan “¿y a mí de qué me sirve saber esto? ¿por qué habría de aprender a discernir la diferencia?” De estas comparaciones quiero concluir con la siguiente reflexión: Nada en la Creación es obra de la “casualidad”, todo tiene una causalidad y el que estén leyendo esto “no es accidental”. El objeto de cada uno de ustedes es el de Evolucionar, no el de Involucionar. Acercarse cada vez más a lo Divino. Alcanzar “El Cielo”. Ese es el objeto de La Esencia en ustedes. En cambio, el objeto de el ego es destruirlos y hacerlos destruirse uno a otro. Destruir el cuerpo físico, teniendo el control, llamando la atención. ¿ Y qué es el cuerpo físico sino “El Templo de su Divinidad”? Paradójicamente, el ego no puede dar nada a cambio de nada, pues es miedo materializado, pero el Alma, al dar sin esperar a cambio en Amor Perfecto, siempre es recompensada. “Bienaventurados sean los humildes, de corazón, pues de ellos será el Reino de los Cielos”.
Bendiciones a todos ustedes, Galyel.
SORBER.
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