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Dime, ilusión alegre,
¿dónde dejaste tu ilusión hermana,
la niña de ojos trémulos
cual roto sol en una alberca helada?.
Era más rubia que los rubios linos.
Era más blanca que las rosas blancas.
Una mañana tibia sonríe
En su carne nevada
Dulces a los besos suaves.
Liviano son de cítaras lejanas,
Triste como el suspiro de los bosques
Cuando en la tarde fría el viento pasa,
Hubo en su voz. Y luz en flor y sombra
de oro en sus cejas tímidas brillaba.
Yo la amé como a un sueño
de lirio en lontananza;
en la vísperas lentas, cuando suenan
más dulce las campanas,
y blancas nubes su vellón esparcen
sobre la espuma azul de la montaña
ANTONIO MACHADO.
SORBER,