EL CELAJE
¿Adónde fuiste, Amor, adónde fuiste? Se extinguió en el poniente el manso fuego, y tú, que me decías: "hasta luego, volveré por la noche"... ¡no volviste!
¿En qué zarzas tu pie divino heriste? ¿Qué muro cruel te ensordeció a mi ruego? ¿Qué nieve supo congelar tu apego y a tu memoria hurtar mi imagen triste?
...Amor, ¡ya no vendrás! En vano, ansioso, de mi balcón atalayando vivo el campo verde y el confín brumoso;
y me finge un celaje fugitivo nave de luz en que, al final reposo, va tu dulce fantasma pensativo.
AMADO NERVO
SORBER.
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