SABER ESCUCHAR
Para oír basta con no estar sordo.
Para escuchar hacen falta muchas otras cosas:
tener un alma despierta; abrirla para recibir al que, a través de sus palabras, entre en ti; ponerte en la misma longitud de onda que el que está conversando contigo.
olvidarnos por un momento de nosotros mismos y de nuestros pensamientos para preocuparnos por la persona y los pensamientos del prójimo.
¡Todo un arte!
Este relacionarse, "ser sociable", es algo propio, natural de todo hombre.
"La vida social no es, pues, para el hombre sobrecarga accidental.
Por ello, a través del trato con los demás, de la reciprocidad de servicios, del diálogo con los hermanos, los amigos, los vecinos, etc., la vida social engrandece al hombre en todas sus cualidades y le capacita para responder a su vocación".
Ojalá que quien se acerque a nosotros se quede marcado para siempre, no por nuestra personalidad o nuestras posesiones materiales, sino porque ...
¡Hemos sido excelentes conversadores!
porque han recibido atenciòn y amor, porque han encontrado en nosotros, no sòlo un amigo, sino, lleno de amor...
¡Un oìdo conectado a su alma!
Tengan delicioso fin de semana
Con amor...
Flaquita