Cuando yo muera
Cuando yo muera
mis poemas serán arrojados al aire
como palomas espantadas,
ya nunca serán juntos.
El viento esparcirá las letras
y tal vez alguien recoja un verso
que le sirva.
Igual las cenizas de mi cuerpo
derramarán sobre el mar
el último intento de quedarme en tierra.
Será tarde,
las cenizas serán versos
y con el último me iré.
El paso por la tierra se habrá cumplido.
Cuando ello suceda que no haya dolor;
el dolor no es bueno para el hombre,
si, mil pájaros alfombrando el cielo
y guardando silencio las fuentes
de las plazas.
La sangre alimentada con mi sangre
seguirá circulando sobre el mundo,
el olvido teñirá los corazones
y con él se limpiará el alma.
Eso es bueno
para que nadie detenga en el mármol
un ramo de flores
y unos ojos húmedos.
Como un viajero del tiempo
deseo irme en silencio
sin promesas de cuidados.
Quiero quedar libre
en el espacio desconocido.
Navegar a la deriva
a donde fuerzas misteriosas me lleven
sin oponer resistencias,
sin alterar rumbos,
abandonado en silencio
a lo que sea.
Lo cumplido está
y si algo falta,
me iré sin deudas
el amor con que vivo
me libra del pecado del regreso.