Al empezar, el tango era un baile sólo entre hombres. Lejos de la familia, los inmigrantes buscaban en los burdeles de los suburbios entretenerse un poco y olvidar por un rato la melancolía del exilio. El tango era un baile mal visto, que sólo se practicaba en los prostíbulos, donde había una mujer para muchos hombres, y ellas no estaban para bailar, precisamente. Los hombres mantenían relaciones sexuales con las nativas, mayoritariamente afroargentinas e indoamericanas denominada “chinas”.
Entonces de trago en trago, los hombres bailaban entre ellos el tango acompañando la melodía de alguna pequeña orquesta improvisada.
Muchos años después se incorpora la mujer a la danza. La pareja bailaba en un abrazo constante, un verdadero escándalo para la época.