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De: FLAQUIS (Mensaje original) |
Enviado: 27/06/2011 00:52 |
EL SILENCIO DE DIOS
Cuenta una antigua leyenda, sobre un hombre ermitaño llamado Haakon, que siempre miraba una imagen de Cristo crucificado en una cruz que era muy antigua, expuesta en una ermita.
La gente acudía a orar con mucha fe. Muchos estaban pidiéndole a Cristo algún milagro.
Un día el ermitaño Haakon quiso pedirle un favor. Impulsado por un sentimiento de generosidad, bondad y amor, se arrodilló ante la cruz y dijo:
"Señor, quiero padecer y morir por Tí. Déjame ocupar tu puesto. Quiero ... sufrir en la Cruz." Y se quedó con la mirada fija puesta en El, como esperando una respuesta.
El Señor abrió sus labios y habló. Sus palabras cayeron del cielo, susurrantes y amonestadoras:
"Mi fiel siervo, te concederé tu deseo, pero solo con una condición.” ¿Cual, Señor? ¿Es una condición difícil? ¡Estoy dispuesto a cumplirla con tu ayuda, Señor!, -respondió el viejo ermitaño.
Escucha: suceda lo que suceda y veas lo que veas, tienes que guardar silencio siempre. Haakon contestó: "¡Os, lo prometo, Señor!"
Y se efectuó el cambio. Nadie advirtió el trueque. Nadie reconoció al ermitaño, colgado con los clavos en la Cruz. Y durante mucho tiempo mantuvo el acuerdo y nunca le habló a nadie.
Pero un día, LLEGO UN HOMBRE RICO , y después de haber orado, dejó allí olvidada su cartera.
Haakon le vio y guardó silencio. Tampoco habló cuando un POBRE HOMBRE
que vino dos horas después, a suplicar ayuda para mantener dignamente a su familia, tomó la cartera del rico y se la guardó.
También guardó silencio cuando un
HOMBRE JOVEN se arrodilló ante él poco después para pedirle su gracia antes de emprender un largo viaje.
En ese momento volvió a entrar el rico a buscar su cartera, al no encontrarla, pensó que el joven la había tomado.
El rico se volvió al hombre joven y le gritó iracundo: ¡Dame la cartera que me has robado!.
El jòven replicó: ¡No he robado ninguna cartera!
¡No mientas, devuélvemela enseguida!-increpò El hombre rico-.
El joven repitió, “le digo que no he tomado ninguna cartera de nadie”. .
El rico empezó a golpearle furioso, y llamò a los guardias para que lo llevaran preso por supuesto robo.
Entonces una voz potente llenó el aire ¡Detente!
El rico miró hacia arriba y vio que la imagen le hablaba, Haakon que no pudo permanecer en silencio, gritó defendiendo al joven, e increpó al rico por la falsa acusación, dicièndole que la cartera estaba olvidada, aparentemente sin dueño, y el pobre la tomò.
El rico se quedó asombrado y se marchó del lugar, con los guardias en busca del pobre.
El joven salió también porque tenía prisa para emprender su viaje.
Cuando la Cruz se quedó a solas, Cristo se acercó a su siervo y le dijo:
"Baja de la Cruz. No sirves para ocupar Mi puesto. No has podido guardar silencio". "¡Señor!", - dijo Haakon - , "¿Cómo iba a permitir semejante injusticia?".
Jesús de nuevo ocupó su lugar en la Cruz y el ermitaño se quedó de pie debajo de la Cruz. El Señor, siguió hablando:
"Tú no sabías que al rico le convenía perder la cartera, pues llevaba en ella dinero para cometer un pecado sexual con una joven virgen.
Mientras que el pobre, por su absoluta pobreza, tenía necesidad de ese dinero para alimentar a su esposa e hijos, e hizo bien en llevárselo, no lo robò, puesto què la cartera estaba olvidada y sin dueño aparente. En cuanto al joven, hubiera sido mejor haber sido encarcelado a causa del malentendido en cuyo caso no se hubiera ido de viaje.
Ahora, ves, hace unos minutos acaba de morir el jòven en un naufragio;
El pobre ha sido encarcelado dejando a su familia en la indefensiòn y desamparo,
y el rico disfruta el dinero tan suciamente ganado, manchando màs su alma.
Tú no sabías todas estas cosas
PERO YO SI. Por eso callo.
Y el Señor nuevamente guardó silencio.
Muchas veces nos preguntamos ¿Por qué razón Dios no nos contesta? ¿Por qué razón se queda callado Dios?
A muchos nos gustaría que Él nos respondiera según nuestra voluntad y deseos... pero, la forma de actuar de Dios es diferente. El conoce el pasado, el presente, y el futuro (Hb,13,8) Dios nos responde aún con el silencio... Debemos estar dispuestos a escucharle y esperar en Él.
Su Divino Silencio, son palabras destinadas a convencernos de que, El sabe lo que está haciendo.
En su silencio nos dice con amor: ¡CONFIAD EN MI, QUE SE BIEN LO QUE DEBO HACER!
“Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos ni vuestros caminos son mis caminos, dice el Señor.
“Pues Yo conozco mis designios para con vosotros, dice el Señor, designios de paz y no de desgracia, de daros un porvenir y una esperanza” (Jr 29,11)
Un hombre debe comprender lo que significa el divino silencio y rendirse a los caminos del Señor, con la confianza de que èstos, jamàs seràn en nuestro perjuicio, antes bien, son para nuestro beneficio material, emocional, fisico y sobre todo, espiritual.
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De: JADEmuj |
Enviado: 27/06/2011 03:50 |
Un hombre debe comprender lo que significa el divino silencio y rendirse a los caminos del Señor, con la confianza de que èstos, jamàs seràn en nuestro perjuicio, antes bien, son para nuestro beneficio material, emocional, fisico y sobre todo, espiritual.
ME ENCANTÓ LEERTE, GRACIASSS, FLAQUITA.
TE SALUDA CON CARIÑO,
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