Distribución territorial: la mayor proporción de población afrodescendiente en el país se concentra al norte del Río Negro y en particular en los departamentos del noreste del país (Artigas y Rivera principalmente) En Montevideo, la concentración de la población afrodescendiente es netamente marginal en los barrios costeros, escasa en la zona céntrica y aumenta a medida que se acerca a la periferia.
Fecundidad: la fecundidad en la población afrodescendiente es mayor que la de otros grupos y su inicio de la vida reproductiva es más temprano.
Estructura de los hogares: las edades de los miembros de los hogares en que vive la población afro son más bajas que en el resto de los hogares. El tamaño de estos hogares es mayor, es decir cuenta con más miembros, al tiempo que tienen mayor representación que otros grupos en los hogares con menores. Por otra parte, tan solo el 5% de las personas afrodescendientes integran hogares unipersonales, frente a un 21% si se toma la población total del país. Por último, los hogares monoparentales encabezados por mujeres son levemente superiores entre la población afrodescendiente,13%, frente a un 10% de la población total del país.
Mortalidad: la mortalidad es más alta entre los afrodescendientes que en el conjunto de la población. Las tasas de viudez por edad son sistemáticamente mayores a partir de los 50 años entre las mujeres y varones afro, respecto a los mismos grupos entre la población de ascendencia blanca.
Educación: la población afro muestra un promedio de años de estudio menor al alcanzado por la población blanca. Del total de la población afrodescendiente de 25 años de edad y más, más del 50% cuenta con 6 años de estudio o menos. En el extremo opuesto, la población afrodescendiente que cuenta con 13 años de educación formal o más -esto es, enseñanza terciaria y/o universitaria- representan tan sólo el 6%. Este valor alcanza el 16% para la población total del país. Por último, la tasa de asistencia al sistema educativo a partir de los 14 años es sistemáticamente menor a la de sus pares blancos; al mismo tiempo, los adolescentes afrodescendientes desertan más tempranamente del sistema educativo.
Empleo: la tasa de actividad en la población afrodescendiente se ubica en 67% siendo casi 4 puntos porcentuales más alta que para la población total. Para las mujeres afro la misma es de 57% y en los varones afro es de 79%. Esto significa de que de las personas en edad de trabajar -mayores de 14 años de edad- lo hacen o buscan hacerlo más personas afrodescendientes que el conjunto de la población. La tasa de desempleo en la población afrodescendiente es de 13%, ascendiendo al 18,5% para el caso de las mujeres. El ingreso al mercado de trabajo para el caso de la población afrodescendiente es anterior que para la población total. Un 53% de los/as jóvenes de entre 14 y 24 años trabajan o buscan trabajo, este alto porcentaje puede relacionarse con su más temprana salida del sistema educativo. La población afrodescendiente se concentra principalmente en ocupaciones no calificadas -40%-. En el extremo opuesto tan sólo el 7% del total de la población afrodescendiente se concentra en puestos directivos, profesionales y/o técnicos; al tiempo que este valor asciende a más del doble si se toma en cuenta el total de la población. Las personas afrodescendientes tienen mayor probabilidad de ocupar puestos de trabajo informales, independientemente de la categoría ocupacional en la que se desempeñen. Cobertura de la seguridad social: Existe una brecha de cobertura entre las personas afrodescendientes y el total de la población. Casi la mitad de las personas afordescendientes que trabajan no tienen cobertura jubilatoria, mientras que en el total de la población esta cifra es de algo más del un tercio. La situación se acentúa para las mujeres, comprobándose una brecha de 14,2 puntos porcentuales entre las mujeres afro y las del total de la población. Remuneración: La remuneración promedio es más baja para la población afrodescendiente, aún cuando residan en la misma ciudad y tengan la misma educación que el grupo de las personas blancas.
Pobreza: la pobreza tiene mayor incidencia en la población afrodescendiente. El 50% vive en hogares pobres, acentuándose esto en la población menor de 12 años -67%. Estos mismos valores para la población general se ubican en 26% y 47% respectivamente. Con respecto a la indigencia los valores también son más altos para la población afrodescendiente, 5 de cada 100 afros viven en hogares indigentes, en contraste con el 2% del total de la población.
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