Desesperada vagaba aquella tarde entre ruinas, Vagaba extrañándote en el silencio del cielo.
Las vestiduras hechas jirones, mirada perdida.
El pájaro en la ventana observaba sin cantar No sabía qué hacer, ni tenía nada que hacer; Salvo esperarte, recordando sin recordar, la mente un vórtice de las promesas tuyas.
Pero alguien tocó a mi puerta y eras tú Y mi alma se recompuso desde sus pedazos.
***
Sombra cobijada en mi pensamiento, te percibo Entre sueños me hablas, revelas tu amor vivo Curas mis heridas vanas, tristes, las cierras Es el amor que se despereza y despierta Es la sensación de ser corazón, un motivo Para contemplar el espejo que así refleja Una imagen nítida que no caerá en el olvido.
SORBER.
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