La Transfiguración del Señor – Fiesta
SÀBADO 6 DE AGOSTO/2011
PRIMERA LECTURA
DEL Libro de Daniel 7,9-10.13-14.
Yo estuve mirando hasta que fueron colocados unos tronos y un Anciano se sentó. Su vestidura era blanca como la nieve y los cabellos de su cabeza como la lana pura; su trono, llamas de fuego, con ruedas de fuego ardiente.
Un río de fuego brotaba y corría delante de él. Miles de millares lo servían, y centenares de miles estaban de pie en su presencia.
El tribunal se sentó y fueron abiertos unos libros.
Yo estaba mirando, en las visiones nocturnas, y vi que venía sobre las nubes del cielo como un Hijo de hombre; El avanzó hacia el Anciano y lo hicieron acercar hasta Èl.
Y le fue dado el dominio, la gloria y el reino, y lo sirvieron todos los pueblos, naciones y lenguas. Su dominio es un dominio eterno que no pasará, y su reino no será destruido.
PALABRA DE DIOS
¡TE ALABAMOS SEÑOR!
Salmo 97(96),1-2.5-6.9.
¡El Señor reina! Alégrese la tierra, regocíjense las islas incontables. Nubes y Tinieblas lo rodean, la Justicia y el Derecho son la base de su trono.
Las montañas se derriten como cera delante del Señor, que es el dueño de toda la tierra. Los cielos proclaman su justicia y todos los pueblos contemplan su gloria.
Porque Tú, Señor, eres el Altísimo: estás por encima de toda la tierra, mucho más alto que todos los dioses.
PROCLAMACION DEL SANTO Evangelio según San Mateo 17,1-9.
¡GLORIA A TI, SEÑOR!
Seis días después, Jesús tomó a Pedro, a Santiago y a su hermano Juan, y los llevó aparte a un monte elevado.
Allí se transfiguró en presencia de ellos: su rostro resplandecía como el sol y sus vestiduras se volvieron blancas como la luz.
De pronto se les aparecieron Moisés y Elías, hablando con Jesús.
Pedro dijo a Jesús: "Señor, ¡qué bien estamos aquí! Si quieres, levantaré aquí mismo tres carpas, una para ti, otra para Moisés y otra para Elías".
Todavía estaba hablando, cuando una nube luminosa los cubrió con su sombra y se oyó una voz que decía desde la nube: "Este es mi Hijo muy querido, en quien tengo puesta mi predilección: escúchenlo".
Al oír esto, los discípulos cayeron con el rostro en tierra, llenos de temor.
Jesús se acercó a ellos y, tocándolos, les dijo: "Levántense, no tengan miedo".
Cuando alzaron los ojos, no vieron a nadie más que a Jesús solo.
Mientras bajaban del monte, Jesús les ordenó: "No hablen a nadie de esta visión, hasta que el Hijo del hombre resucite de entre los muertos".
PALABRA DEL SEÑOR
¡GLORIA A TI, SEÑOR JESÚS!
MEDITACIOn
LA TRANSFIGURACIÓN DEL SEÑOR: Del latín, transfigurarse, transformar su figura (siglo I). Este acontecimiento se narra en los evangelios (Mt 17, 1-9; Mc 9, 2-10 y Lc 9, 28-36).
Desde el siglo V los griegos celebraban la Transfiguración con el titulo de "Fiesta del monte Tabor". A partir de 1457, en acción de gracias, Calixto III instituyo la festividad en la Iglesia de Occidente, ya que en ese año se dio a conocer en Roma la victoria de los europeos sobre los turcos en Belgrado.
La narración de la Transfiguración ocupa un espacio central en los relatos evangélicos de Marcos. Los testigos presénciales fueron los apóstoles Pedro, Santiago y Juan, a quienes Jesús llevó consigo, apartándolos hacia la soledad y silencio del monte, ya que estas condiciones disponen al hombre para la comunicación divina.
Lo anterior puede equipararse al acontecimiento en que Moisés, en el monte Sinai, encontró la gloria de Dios (Ex 19).
Los apóstoles escucharon la propia voz del Padre al confirmar quién es Jesús: "Este es mi Hijo amado: a El han de escuchar" (Lc 9, 7). Moisés y Elías, los personajes más importantes de la Biblia están con Jesús, ya que Dios había hablado por medio de los profetas, pero ahora entrega a la humanidad a su propio Hijo.
La nube luminosa, la luz y la ropa resplandeciente simbolizan el misterio de Jesús de que esta cerca la muerte, pero también la gloria de su Resurrección.
Iconografía: en la cumbre del monte Tabor, Jesús con túnica blanca de nívea blancura, a ambos lados Elías con un libro y Moisés con las Tablas de la Ley.
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