Son epicenos aquellos sustantivos que, teniendo como género gramatical el masculino o el femenino, pueden, sin embargo, designar indistintamente a seres animados de uno y otro sexo.
Así, los epicenos pueden ser femeninos (la víctima, la persona, la perdiz, la ballena) o masculinos (el personaje, el vástago, el lince, el rinoceronte).
Cuando los epicenos se refieran a animales puede añadirse la especificación macho o hembra para dejar claro su sexo: el lince (hembra), el rinoceronte (hembra), la ballena (macho), la orca (macho), etc.
Por eso, en frases como: «Se espera que al final de la tarde la rinoceronte esté revolcándose en los pantanos de la Hacienda Nápoles» o «Esta rinoceronte blanco de tres toneladas ya disfruta a la sombra de los árboles» lo apropiado hubiera sido decir: «Se espera que al final de la tarde el rinoceronte (hembra) esté revolcándose en los pantanos de la Hacienda Nápoles» o «Este rinoceronte blanco de tres toneladas ya disfruta a la sombra de los árboles».
Además, se recuerda que las palabras macho y hembra pospuestas al nombre del animal no se pluralizan: «los rinocerontes hembra» y no «los rinocerontes hembras».