LA SED
Tu beso fue en mis labios
de un dulzor refrescante.
Sensación de agua viva y moras negras
me dio tu boca amante.
... Cansada me acosté sobre los pastos
con tu abrazo tendido, por apoyo.
Y me cayó tu beso entre los labios,
como un fruto maduro de la selva
o un lavado guijarro del arroyo.
... Tengo sed otra vez, amado mío.
Dame tu beso fresco tal como una
piedrezuela del río.
JUANA IBORBOUROY
SORBER.