SÁBADO 10 de septiembre/11
Vísperas I del domingo: 4a semana del Salterio
PRIMERA LECTURA
De la primera carta del apóstol san Pablo a Timoteo: 1, 15-17
Hermano: Puedes fiarte de lo que voy a decirte y aceptarlo sin reservas: que Cristo Jesús vino a este mundo a salvar a los pecadores, de los cuales yo soy el primero.
Pero Cristo Jesús me perdonó, para que fuera yo el primero en quien Él manifestara toda su generosidad y sirviera yo de ejemplo a los que habrían de creer en Él, para obtener, la vida eterna.
Al rey eterno, inmortal, invisible, único Dios, honor y gloria por los siglos de los siglos. Amén.
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.
Salmo RESPONSORIAL 112
R/. “Bendito sea el Señor ahora y para siempre”.
Bendito sea el Señor, alábenlo sus siervos. Bendito sea el Señor desde ahora y para siempre. R/.
Desde que sale el sol hasta su ocaso, alabado sea el nombre del Señor. Dios está sobre todas las naciones, su gloria, por encima de los cielos. R/.
¿Quién hay como el Señor? ¿Quién iguala al Dios nuestro, que tiene en las alturas su morada, y sin embargo de esto, bajar se digna su mirada para ver tierra y cielo? R/.
Él levanta del polvo al desvalido y saca al indigente del estiércol, para hacerlo sentar entre los grandes, los jefes de su pueblo. R/.
ACLAMACIÓN (Jn 14, 23)
R/. Aleluya, aleluya.
El que me ama cumplirá mi palabra y mi Padre lo amará y haremos en él nuestra morada, dice el Señor. R.-
¿Por qué me dicen 'Señor, Señor', y no hacen lo que yo les digo?
PROCLAMACION Del santo Evangelio según san Lucas: 6, 43-49
¡GLORIA A TI, SEÑOR!
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: "No hay árbol bueno que produzca frutos malos, ni árbol malo que produzca frutos buenos. Cada árbol se conoce por sus frutos. No se recogen higos de las zarzas, ni se cortan uvas de los espinos.
El hombre bueno dice cosas buenas, porque el bien está en su corazón, y el hombre malo dice cosas malas, porque el mal está en su corazón, pues la boca habla de lo que está lleno el corazón.
¿Por qué me dicen 'Señor, Señor', y no hacen lo que yo les digo?
Les voy a decir a quién se parece el que viene a mí y escucha mis palabras y las pone en práctica. Se parece a un hombre, que al construir su casa, hizo una excavación profunda, para echar los cimientos sobre la roca. Vino la creciente y chocó el río contra aquella casa, pero no la pudo derribar, porque estaba sólidamente construida.
Pero el que no pone en práctica lo que escucha, se parece a un hombre que construyó su casa a flor de tierra, sin cimientos. Chocó el río contra ella e inmediatamente la derribó y quedó completamente destruida".
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
MEDITACION
Jesús habla al corazón del ser humanos para invitarlo a la conversión y a la coherencia de vida. EL corazón es considerado en la Biblia como el centro de la persona humana. Allí se producen todos los sentimientos y pensamientos que rigen las actitudes y los comportamientos.
En el corazón se produce la bondad, la justicia, la compasión y la verdad. Pero también el corazón puede estar lleno de codicia, ambición, egoísmo y violencia.
Por eso es en el corazón el lugar donde acontece la salvación del ser humano. Y son las actitudes externas las que van a exteriorizar lo que hay en el fondo de la persona.
La parábola de los dos hombres que construyen su casa cierra esta parte del sermón de la llanura.
Se trata de aceptar o rechazar el mensaje de Jesús. La firmeza de los cimientos de las casas es la garantía de la autenticidad de vida. El discípulo que quiere hacer la voluntad del maestro edificará su casa sobre ese fundamento.
Pero el que pretende ser discípulo sin asumir las consecuencias del seguimiento es como el que construye sobre falsos cimientos.
Ante las primeras crisis se sabrá si hay autenticidad de vida o mera superficialidad.
La coherencia de vida que nos pide el Señor, se ve reflejada en la exhortación: de “la abundancia del corazón habla la boca”.
Uno de los grandes problemas de la vida actual de nuestras sociedades es la falta de autenticidad. Incluso los seguidores de Jesús tendemos a llevar una vida un tanto cómoda y superficial que no implica demasiado esfuerzo. Por eso ante la primera dificultad nos olvidamos de los criterios del evangelio y nos dejamos llevar por los criterios del orden social vigente.
Sin embargo, no podemos desconocer que hay muchas personas que viven de una manera sencilla pero auténtica el mensaje de Jesús. Esos han edificado su vida, su historia, su proyecto sobre cimientos fuertes…¡Nosotros podemos hacer lo mismo!!
Padre Juan Alarcón Cámara S.J.
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