Airiños, airiños aires, Airiños de mi tierra; Airiños, airiños aires, Airiños, levarme a ella. Sin ella vivir no puedo, No puedo vivir contenta; Que adonde quiera que vaya Cúbreme una sombra espesa. Cúbreme una espesa nube Tal preñada de tormentas, Tal de soledad preñada, Que mi vida envenena. Levarme, levarme, airiños, Como una hoja seca, Que seca también me puso La calentura que quema. ¡Ay!, si no me lleváis pronto, Airiños de mi tierra: Si no me lleváis, airiños, Quizás ya no me conozcan; Que la fiebre que de mi come, Me va consumiendo lenta, Y en mi corazoncito También traidora se ceba. Fui en otro tiempo encarnada Como el color de la cereza; Soy hoy descolorida Como los cirios de las iglesias, Cual si una bruja chupona Mi sangre bebiera. Voy me quedando marchita Como una rosa que inverna: Voy me sin fuerzas quedando, Voy me quedando morena, Cual una morita mora Hija de mora ralea. Llevadme, levadme, airiños, Llevadme adonde me esperan Una madre que por mi llora, Un padre que sin mi no alienta, Un hermano por quien daría La sangre de mis venas, Y un amorcito a quien alma Y vida le prometiera. Si pronto no me lleváis, ¡ay!, moriré de tristeza, Sola en una tierra extraña, Donde extraña me alumbran, Donde todo cuanto miro Todo me dice ¡extranjera! ¡Ay, mi pobre casita! ¡Ay, mi vaca rubia! Corderos, que baláis en los montes, Palomas, que arrulláis en las eras; Mozos, que mareáis bailando, Redoble de las castañuelas, Xas-co-rras-chás de las conchas, Xurre-xurre de las panderetas, Tambor del tamborilero, Gaitiña, gaita gallega: Ya no me alegráis, diciendo ¡muiñeira!, ¡muiñeira! ¡Ay!, quién fuera pajarito De leves alas ligeras!, ¡Ay, con qué prisa volara Loca de tan contenta, Para cantar la alborada En los campos de mi tierra! Ahora mismo partiera, Partiera como una flecha, Sin miedo a las sombras de la noche, Sin miedo de la noche negra; Y que lloviera o ventara, Y que ventara o lloviera, Volar y volaría Hasta que alcanzas a verla. Pero no soy pajarito E iré muriendo de pena. Ya en lágrimas convertida, Ya en suspiros deshecha. Dulces galleguiños aires Quitadores de penas, Encantadores de las aguas, Amantes de las arboledas; Música de las verdes cañas, Del maíz de nuestras vegas; Alegres compañeros, Run-run de todas las fiestas, Levadme en vuestras alas Como una hoja seca. Non permitáis que aquí muera, Airiños de mi tierra, Que aun pienso que de muerta He de suspirar por ella: Aun pienso, airiños, aires, Que después que muerta sea, Y allá por el camposanto, Donde enterrada me tengan, Paséis en la callada noche Rugiendo entre la hoja seca, O murmurando medrosos Entre las blancas calaveras; Aun después de muerta Airiños de mi tierra, Os he de gritar: ¡Airiños, Airiños, llevadme a ella!