SàBADO 8 DE OCTUBRE/2011
MISA DE SANTA MARÍA EN SÁBADO
“Te aclamamos, santa Madre de Dios, porque has dado a luz al Rey que gobierna cielo y tierra por los siglos de los siglos”.
PRIMERA LECTURA
DEL LIBRO DEL PROFETA JOEL: 4, 12-21
"Que se levanten las naciones y acudan al valle de Josafat: allí me sentaré a juzgar a las naciones vecinas.
Empuñen las hoces, porque ya la mies está madura; vengan a pisar las uvas, porque ya está lleno el lagar, ya las cubas están rebosantes de sus maldades.
Multitudes y multitudes se reúnen en el valle del juicio, porque está cerca el día del Señor. El sol y la luna se oscurecen, las estrellas retiran su resplandor.
El Señor ruge desde Sión, desde Jerusalén levanta su voz; tiemblan los cielos y la tierra.
Pero el Señor protege a su pueblo, auxilia a los hijos de Israel. Entonces sabrán que yo soy el Señor, su Dios, que habito en Sión, mi monte santo. Jerusalén será santa y ya no pasarán por ella los extranjeros.
Aquel día los montes destilarán vino y de las colinas manará leche. Los ríos de Judá irán llenos de agua y brotará un manantial del templo del Señor, que regará el valle de las Acacias.
Egipto se volverá un desierto y Edom una árida estepa, porque oprimieron a los hijos de Judá y derramaron sangre inocente en su país.
En cambio, Judá estará habitada para siempre, y Jerusalén, por todos los siglos. Vengaré su sangre, no quedarán impunes los que la derramaron, y yo, el Señor, habitaré en Sión".
PALABRA DE DIOS.
¡TE ALABAMOS, SEÑOR!.
PROCLAMACIÓN DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN LUCAS: 11, 27-28
¡GLORIA A TI, SEÑOR!
En aquel tiempo, mientras Jesús hablaba a la multitud, una mujer del pueblo, gritando, le dijo:
"¡Dichosa la mujer que te llevó en su seno y cuyos pechos te amamantaron!".
Pero Jesús le respondió:
"Dichosos todavía más los que escuchan la palabra de Dios y la ponen en práctica".
PALABRA DEL SEÑOR.
¡GLORIA A TI, SEÑOR JESÚS!
MEDITACIÓN
Ateniéndose estrictamente a las visiones tradicionales de su época, el profeta Joel retrata con lujo de detalles el día de la venganza.
Israel, auxiliado por Dios, se preparaba para lidiar una 'guerra santa' contra los extranjeros.
Jerusalén se convertiría en un espacio restringido que no pisarían los extraños.
La prosperidad y la bendición abundante quedarían reservadas exclusivamente para los judíos.
Esperanzas nacionalistas las del profeta Joel, que no serian secundadas por el profeta de Nazaret, que comparte su proyecto del Reinado de Dios, con todas las personas de buena voluntad.
Dichosos serán todos y todas las que acojan, sin distingos raciales ni de ningún otro tipo, el mensaje de fraternidad que Jesús les proclame.
ORACIÓN
Padre bueno, Dios nuestro, que en María, primicia de la redención, nos has dado una madre de inmensa ternura, abre nuestros corazones a la alegría del Espíritu Santo y haz que, a imitación de la Virgen, sepamos alabarte por las maravillas realizadas en Cristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.
POR LA LECTURA DEL SANTO EVANGELIO, SEAN PERDONADOS NUESTROS PECADOS.
¡AMÈN!
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