ENTRE EL CIELO Y EL INFIERNO
Cierto día un hombre santo estaba teniendo una
conversación con el Señor y dijo:
"Señor, me gustaría
conocer como son el cielo y el infierno"
El Señor llevò al hombre santo hacia dos puertas. Al
abrir una de las puertas, el hombre santo miro dentro y en medio del cuarto había una gran mesa redonda.
En medio de la mesa había una gran olla de guisado que olía tan delicioso que hizo agua la boca del hombre santo.
La gente sentada alrededor de la mesa estaba delgada y enferma y parecían hambrientos.
Ellos estaban sosteniendo cucharas con mangos muy
largos que estaban atados a sus brazos, cada uno fue
capaz de meter la mano en el pote de guisado y tomar
una cucharada, pero por causa que el mango era mas
largo que sus brazos, no podían poner las cucharas
dentro de sus bocas.
El hombre santo se estremeció ante semejante cuadro de miseria y sufrimiento. El Señor le dijo:
"Has visto el infierno"
Luego fueron y abrieron la siguiente puerta. Era
exactamente igual como el primer cuarto. Había gran
mesa redonda con el gran pote de guisado que hizo agua la boca del hombre santo.
La gente estaba equipada con las mismas cucharas de mangos largos, pero aqui cada
uno, dirigía su cuchara con comida, a la boca del que
tenía frente a él.
La gente estaba bien alimentada, felices y llena de salud, riendose y hablando. .
El hombre santo dijo: No entiendo...! "¿Por qué están
felices aquí, si en la otra habitación se sienten miserables y todo es igual?": la mesa, la comida exquisita y las grandes cucharas. El Señor sonrió y respondió: "Es
simple":
"Esto requiere de una habilidad...”
Mira:
Ellos con amor se preocupan por su prójimo, y han aprendido a alimentarse el uno al otro, mientras que los avaros y egoìstas, piensan solamente en ellos mismos".
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