JUEVES 3 DE NOVIEMBRE/2011
PRIMERA LECTURA
DE LA CARTA DEL APÓSTOL SAN PABLO A LOS ROMANOS: 14, 7-12
Hermanos:
Ninguno de nosotros vive para sí mismo, ni muere para si mismo. Si vivimos, para el Señor vivimos; y si morimos, para el Señor morimos.
Por lo tanto, ya sea que estemos vivos o que hayamos muerto, somos del Señor. Porque Cristo murió y resucitó para ser Señor de vivos y muertos.
Pero tú, ¿por qué juzgas mal a tu hermano? ¿Por qué lo desprecias? Todos vamos a comparecer ante el tribunal de Dios. Como dice la Escritura:
“ Juro por mi mismo, dice el Señor, que todos doblarán la rodilla ante mí y todos reconocerán públicamente que yo soy Dios”.
En resumen: cada uno de nosotros tendrá que dar cuenta de sí mismo a Dios.
PALABRA DE DIOS.
¡TE ALABAMOS, SEÑOR!.
DEL SALMO 26
R/. El Señor es mi luz y mi salvación.
El Señor es mi luz y mi salvación, ¿a quién voy a tenerle miedo? El Señor es la defensa de mi vida, ¿quién podrá hacerme temblar?
R/. El Señor es mi luz y mi salvación.
Lo único que pido, lo único que busco es vivir en la casa del Señor toda mi vida, para disfrutar las bondades del Señor y estar continuamente en su presencia.
R/. El Señor es mi luz y mi salvación.
La bondad del Señor espero ver en esta misma vida. Ármate de valor y fortaleza y en el Señor confía.
R/. El Señor es mi luz y mi salvación.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO (Mt 11, 28)
R/. Aleluya, aleluya. Vengan a mí, todos los que están fatigados y agobiados por la carga, y yo les daré alivio, dice el Señor. R/. Aleluya, aleluya.
PROCLAMACIÒN DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN LUCAS: 15, 1-10
¡GLORIA A TI, SEÑOR!
En aquel tiempo, se acercaban a Jesús los publicanos y los pecadores para escucharlo; por lo cual los fariseos y los escribas murmuraban entre sí:
"Éste recibe a los pecadores y come con ellos". Jesús les dijo entonces esta parábola:
"¿Quién de ustedes, si tiene cien ovejas y se le pierde una, no deja las noventa y nueve en el campo y va en busca de la que se le perdió hasta encontrarla? Y una vez que la encuentra, la carga sobre sus hombros, lleno de alegría, y al llegar a su casa, reúne a los amigos y vecinos y les dice:
'Alégrense conmigo, porque ya encontré la oveja que se me había perdido'.
Yo les aseguro que también en el cielo habrá más alegría por un pecador que se convierte, que por noventa y nueve justos, que no necesitan convertirse.
¿Y qué mujer hay, que si tiene diez monedas de plata y pierde una, no enciende luego una lámpara y barre la casa y la busca con cuidado hasta encontrarla? Y cuando la encuentra, reúne a sus amigas y vecinas y les dice: Alégrense conmigo, porque ya encontré la moneda que se me había perdido'.
Yo les aseguro que así también se alegran los ángeles de Dios por un solo pecador que se convierte".
PALABRA DEL SEÑOR.
¡GLORIA A TI, SEÑOR JESÚS!.
MEDITACIÒN
Las parábolas de la compasión convergen adecuadamente con las actitudes del respeto y la tolerancia.
Dios es presentado como el Padre compasivo que se alegra de recuperar a las personas extraviadas, que regresan para buscar su amistad.
El pecador que intente reconciliarse con Dios, no sufrirá ningún trato humillante o discriminatorio de su parte.
Para consolidar ese proceso de reconciliación, la Carta a los Romanos nos exhorta a no juzgar ni despreciar a nuestros hermanos. En su debido momento, Dios hará resplandecer la calidad del seguimiento de cada creyente.
La certeza de saber que seremos juzgados por Dios no pretende infundirnos temor, Será el Dios justo y compasivo quien nos juzgará y no los humanos, jueces falibles.
POR LA LECTURA DEL SANTO EVANGELIO, SEAN PERDONADOS NUESTROS PECADOS.
¡AMÉN!
|