MIERCOLES 2 DE NOVIEMBRE/2011
Conmemoración de todos los Fieles Difuntos
PRIMERA LECTURA
DEL LIBRO DE LA SABIDURÍA: 3, 1-9
Las almas de los justos están en las manos de Dios y no los alcanzará ningún tormento. Los insensatos pensaban que los justos habían muerto, que su salida de este mundo era una desgracia y su salida de entre nosotros, una completa destrucción. Pero los justos están en paz.
La gente pensaba que sus sufrimientos eran un castigo, pero ellos esperaban confiadamente la inmortalidad. Después de breves sufrimientos recibirán una abundante recompensa, pues Dios los puso a prueba y los halló dignos de sí. Los probó como oro en el crisol y los aceptó como un holocausto agradable.
En el día del juicio brillarán los justos como chispas que se propagan en un cañaveral. Juzgarán a las naciones y dominarán a los pueblos, y el Señor reinará eternamente sobre ellos.
Los que confían en el Señor comprenderán la verdad y los que son fieles a su amor permanecerán a su lado, porque Dios ama a sus elegidos y cuida de ellos.
PALABRA DE DIOS.
¡TE ALABAMOS, SEÑOR!.
RESPONSORIAL DEL SALMO 26
R/. Espero ver la bondad del Señor.
El Señor es mi luz y mi salvación, ¿a quién voy a tenerle miedo? El Señor es la defensa de mi vida, ¿quién podrá hacerme temblar? R/. Espero ver la bondad del Señor.
Lo único que pido, lo único que busco es vivir en la casa del Señor toda mi vida, para disfrutar las bondades del Señor y estar continuamente en su presencia. R/. Espero ver la bondad del Señor.
Oye, Señor, mi voz y mis clamores y tenme compasión. El corazón me dice que te busque y buscándote estoy. No rechaces con cólera a tu siervo.
R/. Espero ver la bondad del Señor.
SEGUNDA LECTURA
DE LA PRIMERA CARTA DEL APÓSTOL SAN JUAN: 3, 14-16
Hermanos: Nosotros estamos seguros de haber pasado de la muerte a la vida, porque amamos a nuestros hermanos. El que no ama permanece en la muerte. El que odia a su hermano es un homicida y bien saben ustedes que ningún homicida tiene la vida eterna.
Conocemos lo que es el amor, en que Cristo dio su vida por nosotros. Así también debemos nosotros dar la vida por nuestros hermanos.
PALABRA DE DIOS.
¡TE ALABAMOS, SEÑOR!.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO (MT 25, 34)
R/. Aleluya, aleluya.
Vengan, benditos de mi Padre, dice el Señor; tomen posesión del Reino preparado para ustedes desde la creación del mundo. R/. Aleluya, aleluya.
PROCLAMACIÓN DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN MATEO: 25, 31-46
¡GLORIA A TI, SEÑOR!
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos:
"Cuando venga el Hijo del hombre, rodeado de su gloria, acompañado de todos sus ángeles, se sentará en su trono de gloria.
Entonces serán congregadas ante Él todas las naciones, y Él apartará a los unos de los otros, como aparta el pastor a las ovejas de los cabritos, y pondrá a las ovejas a su derecha y a los cabritos a su izquierda.
Entonces dirá el rey a los de su derecha: 'Vengan, benditos de mi Padre; tomen posesión del Reino preparado para ustedes desde la creación del mundo; porque estuve hambriento y me dieron de comer, sediento y me dieron de beber, era forastero y me hospedaron, estuve desnudo y me vistieron, enfermo y me visitaron, encarcelado y fueron a verme'. Los justos le contestarán entonces:
'Señor, ¿cuándo te vimos hambriento y te dimos de comer, sediento y te dimos de beber? ¿Cuándo te vimos de forastero y te hospedamos, o desnudo y te vestimos? ¿Cuándo te vimos enfermo o encarcelado y te fuimos a ver?'. Y el rey les dirá:
'Yo les aseguro que, cuando lo hicieron con el más insignificante de mis hermanos, conmigo lo hicieron'.
Entonces dirá también a los de la izquierda:
'Apártense de mí, malditos; vayan al fuego eterno, preparado para el diablo y sus ángeles; porque estuve hambriento y no me dieron de comer, sediento y no me dieron de beber, era forastero y no me hospedaron, estuve desnudo y no me vistieron, enfermo y encarcelado y no me visitaron'.
Entonces ellos le responderán:
'Señor, ¿cuándo te vimos hambriento o sediento, de forastero o desnudo, enfermo o encarcelado y no te asistimos?'. Y Él les replicará:
'Yo les aseguro que cuando no lo hicieron con uno de aquellos más insignificantes, tampoco lo hicieron conmigo'. Entonces irán éstos al castigo eterno y los justos a la vida eterna".
PALABRA DEL SEÑOR.
¡GLORIA A TI, SEÑOR JESÚS!.
MEDITACIÓN
En línea con la propuesta de santidad del Levítico hoy, Jesús anuncia de manera solemne cómo será el juicio y con base en qué serán juzgados los seres humanos y las naciones.
La Iglesia nos propone hoy este evangelio, no para que nos proyectemos sin más a un final de los tiempos olvidándonos del presente, sino para que arriesguemos un proyecto diferente hoy, con miras a nuestro futuro definitivo.
Podríamos decir que así es como sintetiza Mateo el ministerio público de Jesús; sus enseñanzas y los signos que ha realizado a lo largo de su vida tienen como preocupación fundamental la instauración del reino, y como meta final la vida eterna. Ambas realidades reposan sobre un compromiso real y concreto cual es la construcción de una sociedad basada en unas relaciones de justicia y solidaridad.
En forma tajante Jesús declara bienaventurados a quienes han puesto su vida y su interés en favor de "uno de sus hermanos menores" y le han proporcionado algún medio para mejorar su calidad de vida; en cambio, están fuera de esta bienaventuranza quienes han dejado de hacerlo. Con esta imagen y con esta declaración queda sin piso ni fundamento cualquier pietismo que se limite sólo a mantener una relación "espiritualista" con Dios, olvidando al hermano, al pequeño, al que sufre, o, al pobre.
Por el memorial de la muerte y resurrección de Cristo, y por la lectura del Santo Evangelio, concede, Señor, a nuestros hermanos difuntos, gozar de la paz eterna de tu Reino.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
¡Amèn!
ORACIÓN POR LOS FIELES DIFUNTOS
Dios de infinita misericordia, que quisiste que tu Hijo muriera para redimirnos a todos, concede a nuestros hermanos difuntos compartir con Cristo la gloria de la resurrección, en la que creyeron y esperaron.
Por nuestro Señor Jesucristo...
Dales, Señor, el descanso eterno y brille para ellos la luz eterna.
Descansen en paz…¡asì sea!
POR LA LECTURA DEL SANTO EVANGELIO, SEAN PERDONADOS NUESTROS PECADOS.
¡AMÉN!