LUNES 7 DE NOVIEMBRE/2011
PRIMERA LECTURA
DEL LIBRO DE LA SABIDURÍA: 1, 1-7
Amen la justicia, ustedes, los que gobiernan la tierra, piensen bien del Señor y con sencillez de corazón búsquenlo.
Él se deja hallar por los que no dudan de Él y se manifiesta a los que en Él confían.
Los pensamientos perversos apartan de Dios, y los insensatos, que quieren poner a prueba el poder divino, quedan en ridículo.
La sabiduría no entra en un alma malvada, ni habita en un cuerpo sometido al pecado. El santo espíritu, que nos educa, y huye de la hipocresía, se aleja de la insensatez y es rechazado por la injusticia.
La sabiduría es un espíritu amigo de los hombres, pero no dejará sin castigo al que blasfema, porque Dios conoce lo más íntimo del alma, observa atentamente el corazón y escucha cuanto dice la lengua.
El espíritu del Señor llena toda la tierra, le da consistencia al universo y sabe todo lo que el hombre dice.
PALABRA DE DIOS.
¡TE ALABAMOS, SEÑOR!.
DEL SALMO 138
R/. Condúceme, Señor, por tu camino.
Tú me conoces, Señor, profundamente: tú conoces cuándo me siento y me levanto desde lejos sabes mis pensamientos, tú observas mi camino y mi descanso, todas mis sendas te son familiares.
R/. Condúceme, Señor, por tu camino.
Apenas la palabra está en mi boca y ya, Señor, te la sabes completa. Me envuelves por todas partes y tienes puesta sobre mí tu mano. Ésta es una ciencia misteriosa para mí, tan sublime, que no la alcanzo.
R/. Condúceme, Señor, por tu camino.
¿A dónde iré yo lejos de ti? ¿Dónde escaparé de tu mirada? Si subo hasta el cielo, allí estás tú; si bajo al abismo, allí te encuentras.
R/. Condúceme, Señor, por tu camino.
Si voy en alas de la aurora o me alejo hasta el extremo del mar, también allí tu mano me conduce y tu diestra me sostiene. R/. Condúceme, Señor, por tu camino.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO (cfr. Flp 2, 15. 16)
R/. Aleluya, aleluya.
Iluminen al mundo con la luz del Evangelio reflejada en su vida.
R/. Aleluya, aleluya.
PROCLAMACIÒN DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN LUCAS: 17, 1-6
¡GLORIA A TI, SEÑOR!
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos:
"No es posible evitar que existan ocasiones de pecado, pero ¡ay de aquel que las provoca! Más le valdría ser arrojado al mar con una piedra de molino sujeta al cuello, que ser ocasión de pecado para la gente sencilla.
Tengan, pues, cuidado. Si tu hermano te ofende, trata de corregirlo; y si se arrepiente, perdónalo. Y si te ofende siete veces al día, y siete veces viene a ti para decirte que se arrepiente, perdónalo".
Los apóstoles dijeron entonces al Señor:
"Auméntanos la fe". El Señor les contestó:
"Si tuvieran fe, aunque fuera tan pequeña como una semilla de mostaza, podrían decirle a ese árbol frondoso: Arráncate de raíz y plántate en el mar', y los obedecería".
PALABRA DEL SEÑOR.
¡GLORIA A TI, SEÑOR JESÚS!.
MEDITACIÒN
Jesús dijo a sus discípulos: "Es inevitable que haya escándalos”
Se conoce como escándalo, a los tropiezos en el camino de la fe, a esas cosas que nos invitan al mal y a pecar.
En el lenguaje bíblico, escandalizar es hacer pecar a otro. Por eso, ¡ay de aquel que hace tropezar a su hermano! Y cuánto más debemos cuidarnos de no entorpecer el camino de los pequeños, sino, al contrario, guiarlos en el bien y la verdad.
Luego Jesús añade; “Pero ¡ay de aquél que los ocasiona!”. Sin embargo, el que tiene grandeza de alma, vea lo que viere y ocúrrale lo que le ocurra, no se aparta de la fe. Entonces siempre que podamos y sin caer en falta o pecar, debemos evitar el escándalo de nuestros prójimos.
Dice Jesús “Más le valdría que le ataran al cuello una piedra de moler y lo precipitaran al mar” Jesús se refiere a la costumbre de esa época, porque los mayores crímenes entre los antiguos judíos se castigaban así, atando una piedra al cuello y arrojándola al fondo del mar.
Jesús añade; “Antes que escandalizar a uno de estos pequeños”. En realidad sería mucho mejor que sufriese inocente esta pena que, aunque tan atroz, al fin es temporal y concluye su vida corpórea, que dar a su hermano inocente la muerte eterna de su alma.
El escándalo supone una ofensa a nuestros hermanos, y esa ofensa debe ser perdonada.
Dice Jesús; Por lo tanto, ¡tengan cuidado! Si tu hermano peca, repréndelo, y si se arrepiente, perdónalo. Y si peca siete veces al día contra ti, y otras tantas vuelve a ti, diciendo: "Me arrepiento", perdónalo".
Dos cosas debemos tener en cuenta, reprender y perdonar. La primera se refiere corregir o regañar desaprobando la conducta del pecador. La segunda establece que debe tenerse en cuenta que no manda perdonar igualmente a todo el que peca, sino al que ha de arrepentirse.
El Evangelio de San Mateo dice; "Corrígele estando a solas tú y él", (Mt 18,15), esto porque se aprovecha más la corrección amiga que la acusación violenta.
En otras palabras no seamos tan drásticos con el hermano que es amonestado, porque es bueno efectivamente, que el que es corregido nos crea más bien amigo que enemigo. Esta prudencia, mejora la recepción de los consejos.
Recordemos que el deber del perdón no tiene límites, y Jesús nos enseña que “Se debe perdonar siempre”.
Los Apóstoles dijeron al Señor: "Auméntanos la fe". Él respondió:
"Si ustedes tuvieran fe del tamaño de un grano de mostaza, y dijeran a esa morera que está ahí: "Arráncate de raíz y plántate en el mar", ella les obedecería".
Los apóstoles pedían el aumento de la fe para sí, porque por ella creían en lo que no veían y Jesús hace mención de la mostaza, porque su semilla, aún cuando es pequeña, es la más fecunda de todas. Da a conocer, por tanto, que un poco de su fe puede mucho. Jesús, compara la fe perfecta en el grano de mostaza porque en su aspecto es humilde, pero ardiente en lo interior.
Es importante destacar, que la fe no es otra cosa que la adhesión a la Persona de Jesús, aceptarlo plenamente a El, y el modo de vida que el nos enseña.
Por comprender esto, Gracias Señor
POR LA LECTURA DEL SANTO EVANGELIO, SEAN PERDONADOS NUESTROS PECADOS.
¡AMÉN!
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