Despidamos el año
con muchas sonrisas,
olvidemos las penas,
que se hagan cenizas.
Empecemos de cero,
la esperanza nos guía,
abramos nuestras alas
a una nueva aventura.
Sin prisa disfrutemos
lo que nos brinda la vida,
el tiempo no se detiene,
la fe es la que nos sostiene.
Brindemos por los dones
que nos fueron concedidos,
por la fuerza que tenemos,
por la paz y la ventura.
Dios ha de bendecir cada paso
en este año que se avecina:
¡Salud, amor y prosperidad
y que cada anhelo se cumpla!
©Marielena Rondinel
(Perú)