Atrinchero en mi pecho
cada beso, cada poema,
emblema del suspiro ciego
alumbrado desde adetro, afuera,
en las lunas llenas de cada encuentro.
Aprieto mi alma hasta sangrarte,
escuchando el cante de mi sirena,
con la noche buena como constante
y el sentir que late en un mar de letras
caladas las venas con solo nombrarte.
Rasgo las noches para vivirte sol,
apretando mi corazón a tu destino,
disfrutando el designio que me trae tu voz
y olvidando el reloj al estar contigo
dialogando en los signos del mismo amor.
Esencia