Cuando me pienses, echa el ancla, deja que voz que salga sea tu voz, que dicte el corazón y batiente salga a mover las alas en pos del amor.
Cuando me pienses invéntame a drede y se el que sucede en lo hondo de mi ser, donde llega a doler sentir del amor su fiebre y el todo quede a razón de volver.
Cuando me pienses déjame en mi sitio y ofíciame en el rito que pretende el siempre, y el hoy nos queme con su verdad sin orificios en todos los ciclos que amar comprende.
Cuando me pienses en el territorio privado que la resina de mi árbol unte tu razón, y no escape el corazón a desnudar su osario sintiendo el milagro en paradero de nuestro amor.
Esencia
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