Todos somos iguales sin parecernos,
todos poseemos aún en la pobreza,
no se trata de la corteza lo que valemos
ni que nos evaluemos por etiquetas.
Todos tenemos un alma bien adentro
que sobran los ungüentos del maquillaje
pues solo es un pelaje o un atuendo
y son los sentimientos quien nos hace.
Todos un corazón que late o silba,
una cachimba de humo o hierba buena,
una humana manera de hacer la vida
o una regla egoista midiendo carteras.
Todos un llanto, una risa y breve estancia
en esta tierra extraña que nos cobija,
siembra y no elijas por como se calza
y deja esa balanza que escrutinia.
Todos nacemos desnudos y ese es el don,
bajo del cascarón sentimos lo mismo,
hazte socio del altruismo del corazón
para ver el color que embellece los sentidos.
Esencia.
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