Mi camisa de la felicidad ahora es de seda de tantas vidas y lejías vividas.
Tienes el deber de andar en el cielo de tus nubes cuando el calambre atenace tus piernas, cuando el amor, el odio, la pasión o el llanto aterroricen la impotencia, tienes el deber de caminar al sol. Mereces caminar al sol.
Yo te ofrezco mi camisa vieja.
JOSEPH R. GUILLEN.
SORBER.
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