(Octubre, 2010)
Hay heridas que nunca
dejan de sangrar.
Como duelen!!!
y siento el deseo
de marchar.
Con la partida se acaban
y conmigo, se irán.
Tánto luchar en ésta vida.
¿Para qué?
Si nada importa
si nada vale
si todo se esfuma
en el aire.
Como varía mi ánimo
desde el esplendor
hasta una dolorosa ceguera.
El tiempo secó mis lágrimas
y en los largos días y noches
de profunda nostalgia
sólo el dolor me acompaña.
Pienso, en mi caminar solitario
cuán difícil es el camino.
Aún siento la presencia
cuando cierro los ojos
de que ellos están conmigo,
y mi silencio es menos sombrío.
Que lejos quedaron esos días
de ternuras y alegrías.
Toda ésta calma
es una mentira!!
donde escondo
mis verdaderos sentimientos.
Quizás sea mejor así
sin expresar lo que siento,
porque es muy difícil
recomponer éste sueño.
Cuánta indiferencia
mi Dios!!
cuánta tristeza
y esas heridas
que no cierran
haciéndome perder
la entereza.
LEONOR