DEBO OLVIDAR
Por dedicar años de mi vida Por entregar mi corazón sin medida. Por regalar mi tiempo, mis caricias, besos, abrazos, gestos con albricias, fuí separada de la familia.
De a poquito voy muriendo.
Pero el paso del tiempo ¿curará? esos tormentos morales que van dejando secuelas en el corazón y la sangre, y que podrían curarse si los humanos entre sí, se amasen. Pero están lejos del amor, de la filial comprensión. Sólo existe rencor y lo más bueno se perdió.
D e a poquito voy muriendo.
Ahora, sólo quedan migajas, las miro volar lejos desparramadas al viento y dejo un triste lamento por no poderlas recoger, ya, muy alto, se perdieron.
De a poquito voy muriendo.
Por tomarlos de la mano y enseñarles a caminar por la senda de la verdad. Por advertirles los peligros de éste mundo que vivimos. Por pedirles se cuidaran de las mil tentaciones, me lanzaron a la cara fuertes palabras... que ya no me amaban y se retiraron conformes de mi cálida casa.
De a poquito voy muriendo.
Con que ilusión los esperaba. Jamás pensé me despreciaran. Nunca imaginé ver el desprecio en sus caras. Pero la vida no se detiene, sigue caminando, y aunque mi alma ya no tiene el amor que tuvo siempre, levanto mis ojos al cielo, busco la luz de la esperanza porque me ayudará a vivir y encontrar templanza.
De a poquito voy muriendo.
A veces, el vivir no es vivir. A veces el vivir es un poco morir. Pero con ello debo seguir.
LEONOR
(Enero, 2011)
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