Mahant Amar Bharti Ji era un hombre normal, tenía trabajo, esposa y tres hijos, pero un día decidió abandonarlo todo por sus creencias religiosas, así que en 1970 comenzó una peregrinación por la India tan solo ataviado con túnica y un tridente simbólico en honor a su deidad Shiva. Sin embargo tres años después, en 1973, Amar no sentía haberse desconectado totalmente de su vida anterior, así que simplemente levantó su brazo como signo de devoción. A día de hoy 38 años después su brazo continúa en alto.
El sacrificio de Amar le causó grandes dolores durante varios años, hasta que su brazo quedó totalmente atrofiado e inservible. El amasijo de huesos y piel que lo conforman ahora ha perdido toda su movilidad. Su mano ha quedado retorcida como una grotesca garra de la que nacen unas uñas enroscadas sobre si mismas que no han sido cortadas hace años.
Los devotos más aférrimos del hinduismo a menudo realizan actos de autosacrificio como votos de silencio o no consumir alimentos durante prolongados periodos de tiempo. Pero hasta el momento ninguno había realizado un acto como el de Amar.
Hay Dios.......cuanta IGNORANCIA.!!!!!!!!!!!
MELITA