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Padre, hoy quiero pedirte
por mis hermanos de este grupo.
Tu los conoces personalmente:
conoces sus nombres y apellidos,
sus virtudes y sus defectos,
sus alegrias y sus penas,
sus fortalezas y sus debilidades
sabes toda su historia;
los aceptas como son
y los vivificas con tu Espiritu.
Tu, Señor, los amas,
no porque sean buenos,
sino por que son hijos tuyos.
Enseñame a quererlos de verdad
a imitacion de Jesucristo,
no por sus palabras o por sus obras,
sino por ellos mismos,
descubriendo en cada uno,
especialmente en los mas debiles,
el misterio de tu amor finito.
Te doy gracias Padre,
porque me has dado hermanos.
Todos son un regalo para mi
un verdadero sacramento.
Dill...
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